ESTE TRABAJO FUE REALIZADO PARA LA MATERIA TALLER DE PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA (PRIMAVERA 2013). MTRO. EDUARDO PORTAS
POR: ANA CRISTINA BLUMERKON Y MAGDALENA CAÑEDO
“De todos los derechos de las mujeres, el más grande es el de ser madre”.
Lin Yutang (1895- 1976), escritor chino-americano.
“La maternidad es patrimonio de las mujeres”.
Alexandre Dumas.
El mercado
“¿Rentarías un vientre para tener hijos? ¿Alquilarías el tuyo?” Preguntamos a la gente en la calle. Recibimos respuestas divididas. Las opiniones acerca de la subrogación de vientres reflejan un problema social profundo; el tabú luchando con la necesidad. La incertidumbre, el pensamiento fraccionado y la falta de información estuvieron presentes a lo largo de esta investigación. Independientemente de las creencias personales, la renta de úteros es una realidad en México.
Actualmente, existen 1.5 millones de parejas mexicanas, es decir una de cada seis, con problemas para concebir (según datos de la INEGI). A pesar de tratarse de una condición que afecta a cerca del 35% de las parejas, el IMSS no está obligado a tratar a las personas por infertilidad.
La esterilidad es equitativa en hombres y mujeres, se estima que un 30% es por causas masculinas como alteraciones en el semen, la eyaculación o en el ámbito testicular. Otro 30% se atribuye a causas femeninas tales como anomalías uterinas o lesiones en las trompas de Falopio.[1] La infecundidad es un fenómeno que se acentuará a mediano plazo, ya que la INEGI estima que dentro de una década el segmento de mujeres entre 30 y 39 años de edad, será el que registre el mayor número de nacimientos en el país.
México es el tercer país en América Latina en número de tratamientos de reproducción asistida. Tan sólo el año pasado, en 2010, se realizaron 4, 449 procedimientos.[2] Entre ellos, la subrogación de úteros.
El 25 de julio de 1978, los ginecólogos Dr. Patrick Steptoe y Dr. Robert fueron partícipes de un momento histórico. Pesando cerca de 2.4 kilos y en completa salud, nació la inglesa Louise Joy Brown, la primer “bebé probeta”. Desde entonces, la perfeccionada técnica de inseminación in Vitro ha dado luz a miles de bebés.
Entrevistamos al Dr. Colín para conocer más acerca del procedimiento involucrado en la subrogación de úteros. Tal y como su nombre lo indica, la maternidad subrogada, a veces nombrada maternidad de alquiler, consiste en que una mujer acuerde engendrar y dar a luz a un niño que será criada por otra persona o pareja. Puede donar el óvulo que será fertilizado o simplemente recibir un embrión mediante inseminación artificial.
¿Quiénes acuden a esta práctica? “Hay de todo. Parejas que no pueden procrear, generalmente parejas jóvenes. Por ejemplo, tengo el caso de una pacienta muy guapa que está casada con un señor ya mayor, pero que tiene mucho dinero. Ella no quiere arruinar su cuerpo con el embarazo, entonces quieren alquilar un vientre. Pero ella, a escondidas de su marido quiere un donador de semen. O sea quiere que le haga creer a su esposo que es suyo, pero que tenga los genes de alguien más porque dice que su marido es muy feo y se trata de mejorar la raza”, comparte el Dr. Colín.
Las denominadas madres de alquiler corresponden a un perfil específico. Deben estar en edad reproductiva (entre los 21 y 35 años), contar con una buena salud física y mental y haber dado a luz a un hijo previo sin complicaciones. “Son chavitas que se embarazaron en la secundaria, ya tienen uno o dos hijos, y ven en esto una oportunidad para ganar dinero. Para hacer negocio. Las repetidoras, como les llamamos, van de clínica en clínica para rentar su vientre. Cuando nos llega una chava nueva, normalmente llamamos a ver si ya tiene expediente”, explica el Dr. Colín
Clínicas como Procrea pueden considerarse un lujo, no cualquier cartera puede cubrir el gasto. De acuerdo con el Dr. Colín, las madres subrogadas llegan a pedir hasta 300 y 500 mil pesos como remuneración por su embarazo. Cada transferencia embrionaria cuesta alrededor de $110 mil pesos. La probabilidad de quedar embarazada es del 45%, dependiendo de la edad y condición física de la pareja, por lo que puede ser necesario repetir el proceso. En un segundo intento, la posibilidad aumenta a un 66% y en un tercero a un 90%. El número de embriones implantadas va desde tres a nueve.
Además de estos, deben considerarse otros gastos como la manutención económica temporal de la madre subrogada, las citas médicas y los tratamientos previos a la implantación de los embriones, tanto de la madre biológica como subrogada. El doctor recomienda formular contratos muy minuciosos para evitar disputas económicas.
Limbo legal
La Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la Ley de la Maternidad subrogada en 2010. Sin embargo, no es vigente pues no ha sido publicada en la Gaceta Oficial. Aun existe gran confusión y controversia sobre el tema y un vacío legal que deja desprotegidos a quienes incurren en esta práctica.
Únicamente el código civil del estado de Tabasco contempla la figura de la madre subrogada, por lo que muchas clínicas de reproducción asistida se encuentran ahí. El artículo 92 estipula:
En el caso de los hijos nacidos como resultado de la participación de una madre gestante sustituta, se presumirá la maternidad de la madre contratante que la presenta, ya que este hecho implica su aceptación. En los casos en los que participe una madre subrogada, deberá estarse a lo ordenado para la adopción plena.
Se entiende por madre gestante sustituta, la mujer que lleva el embarazo a término y proporciona el componente para la gestación, más no el componente genético. Por el contrario, la madre subrogada provee ambos: el material genético y el gestante para la reproducción. Se considera madre contratante a la mujer que convenga en utilizar los servicios de la madre gestante sustituta o de la madre subrogada, según sea el caso.
“El código civil de Tabasco sí contempla la figura de la madre subrogada, aunque ni siquiera bien ni completa. Estamos en pañales todavía en eso la verdad”, comenta en una entrevista telefónica el abogado especializado en derecho familiar Carlos Chapela, de River Gaxiola y Asociados, SC.
“El artículo 327 de la Ley Federal de Salud prohíbe cualquier comercio de órganos, tejidos y células. No contempla ningún supuesto con relación al alquiler de úteros. En Tabasco se puede pactar, pero siempre y cuando no se vulneren las disposiciones federales en materia de salud.”
En palabras de la abogada Pamela García, en el derecho mexicano “lo que no está prohibido está permitido. La subrogación de vientres es siempre y cuando se haga de manera gratuita, no mediante un alquiler como tal.”
“No estoy diciendo que sea un delito, por que no lo es. Únicamente puede ser delito si existe una disposición que así lo diga. No hay nada que diga que es ilegal como tal. De eso a que sea un contrato valido en materia civil es otra cosa. Alguien fácilmente podría argumentar que es un contrato nulo.”, explica el Lic. Carlos Chapela.
Para que México cuente con una ley en la materia moderna se tendrían que reformar 110 artículos de distintos ordenamientos jurídicos y todos los códigos civiles que operan en el país.
Michael Jackson, Cristiano Ronaldo, Nicole Kidman, Elton John y Sarah Jessica Parker, son ejemplos de famosos quienes han optado por la renta de vientres para poder procrear un hijo. La subrogación de úteros es una tendencia mundial a la alza. A diferencia de México, muchos países cuentan con una disposición legal que regule el alquiler de vientres. En el reportaje titulado “Her Body, My Baby” del New York Times se estima que más de 4 mil parejas en Estados Unidos han alquilado un útero. Otros países que aprueban legalmente la práctica son Holanda, Hungría, Reino Unido, Corea, Tailandia, Israel y Brasil.
En conferencia de prensa, los diputados Carlos Hernández Mirón y Rodolfo Ondarza anunciaron que retomarán la ley sobre gestación subrogada que quedó trunca en la legislatura pasada. Hasta la fecha, no ha habido mayor desarrollo en el dictamen. En cuestiones legales, la subrogación de vientres permanece en el limbo.
De probetas a emociones
Conociendo ya acerca de la práctica y el panorama legal, fue necesario hacer un acercamiento más humano a la subrogación de vientres. De libros y probetas, buscamos empaparnos de la parte emocional. Fue entonces que entrevistamos a la Mtra. Gabriela García, psicóloga especialista en reproducción asistida. Ella brinda ayuda profesional a las dos mujeres involucradas; la madre subrogada y la biológica, para enfrentar el reto psico-afectivo que supone la subrogación.
Las madres biológicas no tienen nueve meses para formar un lazo con el bebé, el tiempo de gestación durante el cual la mujer se prepara física, emocional y mentalmente para convertirse en madre. La falta de proximidad física puede resultar en una relación poco cercana. “Se dice que durante los primeros meses del embarazo, la mujer está enamorada de su bebé. Es tanta la serotonina que el cerebro produce por el simple hecho de estar embarazada que se compara a cuando una adicta recibe un disparo de cocaína, no porque sea una adicción sino porque es tanta la gratificación que va a conseguirse que pueden ser lazos muy fuertes hormonalmente hablando”.
La madre subrogada deben racionalizar la extensión de su papel para no dejarse llevar por este lazo hormonal. “La mujer tiene que comprometerse desde un principio a que otra va a ser la mamá del bebé que ella va a gestar. Ella simplemente le está brindando un nido”.
Muchas veces, los padres biológicos deciden no conocer a la madre subrogada, o bien la mujer que presta su vientre opta por mantener su identidad oculta. Sin embargo, es preferible que ambas mujeres establezcan una relación cercana durante el embarazo. De esta manera, se calma la principal inseguridad de la madre biológica; que la madre subrogada decida no entregar al niño. (Esto podría suceder, ya que en realidad la ley apoyaría a la madre subrogada). Además de favorecer el lazo afectivo entre la madre biológica y el bebé.
La Mtra. García recomienda a la madre biológica hacer grabaciones de su voz y visitar a la mujer embarazada. A la madre subrogada aconseja repetir las grabaciones a “la pancita y decirle al bebe que ella no es su mamá, que sus padres verdaderos tienen muchas ganas de conocerlo”.
La relación entre ambas mujeres puede llegar a ser complicada, sobre todo cuando se trata de parientas. La mamá subrogada puede llegar a sentir celos “no propiamente del vínculo, sino que ella es la que tiene la herida, la que necesita el apoyo, y todo mundo va a ver la mama con el bebé. Se quita toda esa magia de ser embarazada, en cuanto nace el bebe deja de tener la atención y el apoyo”.
¿Capricho o derecho?
Desde niños nos lo enseñan; el hombre nace, crece, se reproduce y muere. Pero, ¿qué sucede cuando uno no puede reproducirse? ¿Queda incompleto el ciclo de vida? Efectivamente, para la mayoría de las mujeres la maternidad es una etapa esencial de la vida. Un deseo casi instintivo.
Siendo una mujer infértil, la psicóloga Lourdes Bello consideró rentar un vientre para lograr ser madre. Aunque finalmente optó por la adopción, conoce bien los zapatos de quienes buscan alquilar un vientre.
“Es un derecho ser madre, y si no puedo concebir también es mi derecho buscarlo por vías alternas. No puedo no tener hijos, porque no cabe dentro de la posibilidad de mi círculo vital. Es parte de tu identidad, no es un capricho.”
Al sopesar la subrogación de un vientre y la adopción, Lourdes cree que la subrogación es más sencilla en términos de aceptación, ya que finalmente el producto tiene tu ADN y continúa el linaje.
No obstante, el padre legionario Francisco González, desaprueba por completo de la práctica. La subrogación de vientres es una falta de respeto a la vida, pues no se están respetando las leyes de la naturaleza.
“Es un amor egoísta. En el que la madre o el padre se encaprichan en tener un hijo y lo consiguen, pero entonces ya es un amor viciado. Ya no es un amor natural, porque la familia es el padre la madre y el hijo. Entonces, ¿el otro vientre donde entra dentro de la familia?”
A pesar de que los bebés nacidos por este medio son personas, con individualidad, el padre González sostiene que la práctica los cosifica; los convierte en objetos de venta, de mercado, al que se les atribuye un valor monetario. Por lo tanto, se trata de “un problema de ricos”.
A pesar de ser México un país laico, la opinión de la Iglesia Católica carga un fuerte peso político. Siendo el 80% de los mexicanos católicos, la ideología religiosa ejerce una fuerte presión sobre la opinión pública.
Madres de alquiler
Finalmente, había llegado la hora de conocer a las protagonistas. Aquellas mujeres de intenciones desconocidas que se atrevían a hacer lo que pocas mamás podrían. ¿Quiénes son realmente las madres de alquiler? ¿Cómo logran desprenderse del bebé? ¿Acaso lo extrañan?
Debido a que se trata de un tema sombrío, tanto legal como culturalmente hablando, conseguir una madre subrogada a quien entrevistar fue todo un reto.
Reprogyn, Gyra Centro de Ginecología y Sai, todas tienen la misma política; las clínicas de reproducción asistida no quieren revelar datos que los pudieran comprometer. Para contactar a una mujer dispuesta a rentar su vientre, debimos acudir a una extensa búsqueda en Internet.
Existen muchos sitios, de poca confianza y credibilidad, que anuncian la renta de úteros, como foroenfemenino.com, vientreenalquiler.com y yahoo respuestas. En ciudadesvirtuales.com, una mujer mexicana busca una madre de alquiler. Diez mujeres le responden interesadas. Evidentemente, en México existe una alta oferta y demanda en cuanto a la renta de úteros. La falta de legislación no ha debilitado al mercado.
Después de mandar alrededor de 20 correos, finalmente Miriam (quien se da a conocer mediante Yahoo respuestas) responde. A sus 35 años de edad, ya ha dado luz a un hijo ajeno y se prepara para recibir otro. Su último, dice, a causa del reloj biológico. Tras agendar una cita, vamos a Toluca a entrevistarla. Nos recibió con su esposo e hija adoptiva y recuerda sus condiciones; no puede revelar información acerca de las parejas que la han contactado ni del hijo que parió.
Nos invita a su casa, donde la grabaremos, y en el trayecto platica acerca de su vida. Confiesa que el equipo de producción de National Geografic ya la había contactado para entrevistarla, pero se había negado. Accedió a nuestra entrevista debido a que éramos estudiantes.
Miriam Galicia Salazar y su esposo Gabino Delgado García, 10 años menor, son agentes de la policía estatal. Miriam decidió prestar su útero pues quería ayudar a las parejas infértiles. Por esa misma razón, no cobra a cambio de su servicio. “Para mí no es un negocio, poder ayudar a otros papás es una satisfacción muy grande y es muy bonito. Además mi cuerpo no es una maquinita de hacer bebés, es sagrado y yo lo cuido.”
Las parejas la contactan por Internet y, a falta de una ley que haga valer los contratos, deben hacer un acuerdo a base de confianza. “No son contratos, son convenios. No se les puede llamar contratos porque no es oficial; no es legal. Es un convenio personal donde se estipulan varias reglas y las obligaciones de los padres biológicos y subrogados. Ellos deben solventar los gastos médicos y de alimentación. Por mi parte, cuidarme al 100% de cualquier enfermedad que pudiera haber. Como madre subrogada no debes de fumar, tomar, drogarte. Puedes salir a convivios personales pero no puedes exponerte a un baile con un multitud o algo que pudiera poner en riesgo tu embarazo.”
“En caso de que no se cumpla puede haber una llamada de atención, pero no puede haber repercusiones legales. No podrían hacer mucho los papas biológicos por eso. Estaría perfecto que hubiera una ley que protegiera a los papas biológicos porque hay muchas estafas. Se involucran sentimientos, tiempo, dinero etc. entonces si debería de haber una ley que regulara todo este tema.”, opina Miriam.
Aunque recomienda la experiencia, Miriam asegura que no es para cualquiera. Se debe ser una mujer muy fuerte y conciente de que el bebé que lleva en el vientre no es propio. “No, yo no ciento que sea mi hijo. Siento que es una personita que vino al mundo con mucho amor, pero que en ningún momento fue nuestro hijo. Solamente fui un transporte para que él llegara a donde tenía que llegar.”
Miriam no guarda contacto con los padres biológicos después del nacimiento del bebé, pues cree importante respetar la privacidad de la pareja. Cuenta que ellos en agradecimiento le mandan una fotografía del niño cada dos o tres meses.
“La despedida del bebé es un momento muy único, en donde dices algún día te voy a volver a ver, tal vez ya no de bebito, pero te voy a volver a ver. Yo tengo la esperanza de que algún día cuando el bebé esté grande pregunte ¿cómo nací, cómo estuvo? Y yo se que ella le va a decir como me dijo, hubo un ángel que me ayudo para que pudieras venir, y ese ángel aquí va a estar. Sí lloré, pero lloré de alegría”, comenta Miriam.
Para que la madre biológica pueda registrar al hijo como propio, Miriam cuenta que ingresa al hospital con su IFE. Se registra bajo el nombre falso y de esa manera, la acta de nacimiento establece que el niño le pertenece a la madre biológica. “Es como decir una mentira piadosa”, asegura Miriam sobre el método ilegal mediante el cual da a luz.
Tras la entrevista de Miriam, volvimos a tener suerte. Desde la frontera norte, una madre subrogada accede a ser entrevistada por teléfono. Adrianna Schneider, de 20 años, vive en Tijuana. Al igual que Miriam es madre de alquiler, pero a diferencia de ella, recibe una remuneración económica por prestar su vientre. Se encuentra en su último trimestre de embarazo, siendo ésta la segunda vez que dará a luz a un hijo ajeno. A pesar del dinero que recibe , Adrianna es motivada por el deseo de ayudar a la pareja.
“Lo hago porque me nace. Es una gran responsabilidad. Es como cuando alguien te presta su laptop, dices si le pasa algo me va a ir muy mal. Imagínate una vida. Recibo al final una remuneración económica, yo les digo que lo que me quieran dar está bien. Adrianna recibió de su primer embarazo 30 mil dólares.
Además de gestar al bebé, ha sido también donante de óvulo. Para ella, lo más difícil fue ver “que en sus rasgos se parecía más a mí que al papá”. Admite que durante el embarazo se crean lazos especiales con el bebé, no obstante no podría decidir quedarse con él puesto que supondría una enorme desilusión para los padres. No quisiera jugar con los sentimientos de las personas cuando se trata de su deseo más profundo; el de ser padres.
Adrianna pronto dará a luz, será la segunda vez que entra al hospital y sale sin un hijo. No descarta la posibilidad de volver a prestar su vientre en un futuro.
¿Un posible negocio?
¿Qué precio tiene la vida? Algunos podrían debatir una fortuna, otros defender su gratuidad. Lo cierto, es que actualmente existe un mercado fuera de la legalidad sustentado en un servicio: la renta de úteros.
“Todo puede ser un súper negocio. Puede haber una gran falta de ética en muchos sentidos. Por ejemplo, te dicen que te van a hacer una inseminación artificial y lo crees, pero la única manera de comprobarlo como paciente es mediante el embarazo”, declara la psicóloga Gabriela González.
Efectivamente, la subrogación de vientres conlleva a un problema ético. La falta de regulación en el tema da paso a abusos e injusticias. La preocupación acerca del nacimiento de un negocio que lucra con la vida llega tarde, pues en México existe ya un mercado floreciente de alta oferta y demanda. Es imprescindible que exista una legislación.
Nos llama la atención que ambas madres subrogadas tienen un punto en común; una gran valoración por la familia. Siendo Adrianna huérfana, quizás aprecie el núcleo familiar de sobremanera. Miriam, al no poder tener hijos propios debido a complicaciones en los ovarios, busca brindarle a otras parejas aquello que no pudo vivir en carne propia.
Los testimonios de Miriam y Adrianna presentaron a mujeres distintas a las que teníamos en mente. No eran personas en situación de miseria, necesitadas de dinero. Tampoco eran interesadas únicamente en enriquecerse. Genuinamente creemos que ambas son motivadas por un deseo de ayudar y dar a otros la oportunidad de tener la familia que les fue negada.
Sin duda, este fue un trabajo desafiante pero increíblemente gratificante. Como estudiantes de periodismo teníamos la esperanza de que nuestro trabajo final atendiera un problema social desatendido. Nos vamos satisfechas de poder presentar, aunque sea, un vistazo a la práctica de vientres subrogados en México.
[1] Según datos de la Clínica IVI Méxco
[2] De acuerdo con datos de la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (Red LARA).
Más referencias sobre el tema
– http://www.ivi.mx/infertilidad/causas-infertilidad-masculina-femenina.aspx
– http://history1900s.about.com/od/medicaladvancesissues/a/testtubebaby.htm
-http://www.nytimes.com/2008/11/30/magazine/30Surrogate-t.html?pagewanted=all&_r=0