La Casa Siempre Gana: El Peligro de las Apuestas On-Line en México

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Este es un videoensayo de Pato Toledo realizado para la materia Comunicación Global de la Carrera de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (Otoño 2024, Dr. Eduardo Portas)

Las apuestas no son inversiones. En Estados Unidos se estima que las personas perdieron aproximadamente 116 mil millones de dólares en apuestas. Esto es equivalente a comprar 11 empresas Bimbo y quedarte con el cambio.

Es muy probable que ahora estos números hayan duplicado. En México no tenemos mucha información sobre el tema, pero sabemos que aproximadamente 70 millones de mexicanos han realizado algún tipo de apuesta en su vida. Con las herramientas que te proporciona un teléfono con Internet, cada vez habrá más gente que se involucre con el juego.

Curiosamente, las apuestas en los casinos son la única actividad donde damos dinero para perder automáticamente una pequeña cantidad. Les explico. Tomemos como ejemplo la ruleta, uno de los juegos más populares, y donde supuestamente el jugador tiene mayor probabilidad de ganar. Supongamos que escogemos la opción más obvia, porque la bola va a caer en negro.

Debido a que existe un 0 y un doble 0 en la tabla de resultados, nuestra probabilidad de ganar nunca va a ser 50%, sino 47.4%. Esto quiere decir que por cada dólar que apuestas, estás perdiendo 5.2 centavos. Si jugáramos un número infinito de veces, siempre estaríamos en déficit, debido a las mismas probabilidades del juego. Pero eso realmente no importa, lo que nos mueve es la esperanza de poder ganar, por lo menos una vez.

Un estudio realizado en Estados Unidos en 2018, le preguntó a 1500 personas si preferían una probabilidad del 100% de recibir $5, o una probabilidad del.5% de recibir $1,000. Y aunque el.5% de $1,000 es 5, es decir, da la misma suma, el 64% de las personas prefirieron la segunda opción.

Queda claro que a los humanos nos gusta mucho el riesgo y las probabilidades bajas. Pero ¿por qué? La verdad no tengo idea y no me interesa. Y por eso acabé a las 3 de la mañana apostando en una carrera de galgos, sabiendo que iba a perder.

Y aprovechando que me encontraba en el casino virtual, me di la tarea de darme una vueltita y apostar un poquito. Jugué Blackjack en Las Vegas, conocí a una rusa en la ruleta y utilicé la tarjeta de mi mamá para depositar dinero sin tener que salir de mi cuarto.

Y es que ese es el problema. Cualquier persona puede apostar a la hora que quiera. Incluso uno puede estar jugando en distintas mesas al mismo tiempo. En el libro Addiction by Design de Natasha Dow se habla que los adictos a las apuestas llegan a un espacio, a una zona física y psicológica donde ya no les importa perder o ganar dinero.

Únicamente quieren prolongar la experiencia lo más que pueda. Y el casino línea es justamente lo que hace. Ahora hablemos del margen de la casa. En todos los juegos, la casa sostiene una ventaja del 2 hasta el 40%.

Realicé un experimento no representativo donde jugué diez veces a los juegos más populares de la casa de apuesta caliente. La ruleta Blackjack y las máquinas targamonedas. Sé que jugar diez veces no me va a demostrar si esas ventajas se respetan o no. Pero la verdad es que no me quería quedar pobre y pensé que mis victorias y derrotas iban a estar bastante equilibradas. Y la verdad es que me equivoqué bastante.

En la ruleta, apostándole al negro que tiene la probabilidad más alta, gané una vez de 10. En Blackjack, gané dos veces y empaté otras dos. Incluso en una ocasión donde la casa tenía bastantes y ganar, viví en carne y hueso cómo estos sitios bloquean los controles de los apostadores para que no puedan ganar.

El que me sorprendió fueron las máquinas tragamonedas. Es el juego que más margen de la casa tiene. Y curiosamente, de esos 116 mil millones de dólares que perdieron los apostadores fueron en este tipo de máquina. Gané una vez de 10, pero tripliqué mi apuesta inicial. La verdad es que quería seguir.

He visto que hay streamers que, pues, a pesar de que las probabilidades están en su contra, ellos ganan y ganan y están en rachas impresionantes. Y la verdad, pues, si es un juego de azar, ¿por qué no debería de ganar igual que ellos? Esto es lo que pensé que iba a pasar. Esto es lo que realmente pasa.

Descubrí que hay un nicho de streamers que radicaban en plataformas como Twitch o YouTube y que emigraron a otra plataforma llamada Stake, básicamente una plataforma que permite que sus usuarios transmitan sus apuestas en vivo. Ahora lo que es muy interesante es que en sus contratos dice explícitamente, en primer lugar, que les van a pagar millones por cada transmisión que hagan en vivo apostando.

Y en segundo lugar que van a aumentar sus probabilidades en los juegos para que ganen y así sus audiencias se animen a apostar en sus plataformas. Ahora hablemos de México. En la final del fútbol mexicano varonil de hace unos meses, únicamente en el primer tiempo se reportaron 52 anuncios de casa de apuestas. En esta se apostaba cualquier tontería. Tiros de esquina, tarjetas amarillas, tiros de meta, saques de banda.

Cualquier cosa que te puedas imaginar. Los parley’s se han vuelto una herramienta de apuesta muy popular entre la comunidad mexicana. Esta combinación de apuestas que tienen mucho riesgo, pero también muchas ganancias. Y como hemos visto, nos encantan las probabilidades bajas. Es por eso que hay grupos de Telegram, de Discord, de Twitter, que se dedican a esto, a vender señales de apuesta. Y es que, nuevamente, el gran problema es ese.

Estamos creando generaciones completas de jóvenes que genuinamente creen que una apuesta les va a cambiar la vida para siempre. Y van a seguir apostando y apostando y apostando hasta que lo consigan o se queden sin dinero. Siendo un tema tan interesante y tan poco estudiado hago un llamado a ponerle un poquito más atención. Hablar de una regulación jurídica es casi imposible, pero si no hacemos nada, entonces estamos condenados a que la casa gane y gane siempre.