Los Festivales y la Industria Multisensorial: La Estética de los Conceptos Estimulantes

Esta investigación analiza el estatus de los festivales como sometedor de los grupos étnicos e ideológicos para la inyección hacia el aparato dominante global. En específico, se observó a México y algunos países latinoamericanos por la necesidad de expresión causada por su variedad de grupos sociales e ideológicos, celebrando originalidad mientras se establecen vínculos globales. Se observó a través de la industria multisensorial, que convierte a los festivales en un producto efímero gracias al marketing experiencial, y su relación directa con la dominación de los sentidos. Se respaldó con la teoría filosófica de Nietzsche, que niega la superficialidad desvalidada en la actualidad de la estética visual y que, en cambio, relaciona la estética con una profunda concepción de la sensibilidad con la integración del alrededor y la reiteración y construcción de conceptos estimulantes de conciencia. Se utilizó la metodología de investigación documental a lo largo de 4 meses del año 2018.

Este es un trabajo de Karla Martínez realizado para la materia “Taller de Investigación Documental” de la Ibero Ciudad de México (Mtro. Eduardo Portas, Primavera 2018).

Palabras clave: Experiencias multisensoriales, festivales, estética, economía creativa.

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Introducción

Me interesó el tema de los festivales inicialmente, porque tienen un gran papel en las grandes experiencias del entretenimiento hoy en día, y yo perteneciendo al rango de edad de los consumidores de tales eventos, siento una atracción casi natural hacia este tipo de congregaciones. De ahí, sin embargo, surgieron varias dudas personales: ¿por qué esta gran atracción sin tener una mayor comprensión sobre esta magia de los festivales? Y no solamente de mi parte, sino de varios amigos y jóvenes del rango de edad. Al siquiera ver los videos de presentación de los festivales, y nunca haber atendido a ninguno, me llena de una adrenalina, pasión y emoción por vivir una experiencia del estilo.

Aunque lleva ya unas cuantas décadas, su gran auge se está dando hoy en día y se tiene presente como una venta muy moderna. Mi interés se centra en México y su relación con la industria musical. Hace medio siglo, bandas internacionales eran prohibidas por su influencia negativa, hoy en día es una de las potencias de esta industria. ¿Cómo llego a serlo? Mis objetivos planteados, entonces, son llegar a una comprensión de los festivales para poder plantearlos en un planisferio de estructura económica, global, social y filosófica. Son impresionantes la creación de escenarios, la tecnología para luces y música, la enorme organización, la pluralidad de ideologías presentes, todas compartiendo un mismo lugar y experiencia y conviviendo pacíficamente, la variación de géneros de música. Por ende, planteo las siguientes preguntas como iniciales como marcas para gravitar alrededor de unas ideas: ¿Por qué están teniendo un gran éxito y auge los festivales musicales en las últimas décadas? Me interesa en específico saber cuál es el comportamiento distinto ya sea de las sociedades o de la venta de experiencias y el estilo del mercado de estas nuevas generaciones. ¿Qué cambió y para qué? La segunda cuestión de mi interés sería la continuación: ¿Qué influencia tienen los festivales en las sociedades? Porque ya que se arraigaron a la sociedad, qué es lo que engendra a partir de su vínculo con distintos grupos. ¿Qué papel tienen éstas en la economía creativa? Los festivales parten de la moderna industria de la venta y mercadotecnia de productos y me interesa la estrategia que utilizan para haberse implantado de tal modo y con gran difusión.

Estado del Arte: sobre los festivales y su desarrollo en la economía de las experiencias dentro de las sociedades.

Los festivales en México han tenido un gran auge las últimas dos décadas, aumentando la diversidad en géneros musicales, inclusión de arte y cultura. El escritor Joan Escutia nos cuenta en el artículo como hubo una gran diversificación de entorno para el establecimiento de los festivales, la importación de festivales internacionales aumentó en gran escala y sobre todo la producción de festivales mexicanos.

Aunque el festival no sea un concepto moderno, pues este se desarrolló alrededor de los finales de los 60s con el festival Woodstock, es notorio que esta generación es la que la convirtió en una industria gigante, le podríamos llamar la generación de festivales. Escutia nos habla un poco sobre las estrategias y los métodos para ofrecer una mejor experiencia para el público y para ganar terreno popular. «La diferencia entre perder y ganar se centra en los métodos de organización, la oferta que arrojan para el público y la estrategia que llevan a cabo sus organizadores para ofrecer una experiencia de entretenimiento distinta al resto.» Ya que se ha convertido en una enorme industria con increíble potencial económico, cultural y social a nivel mundial, hay todo un interés en el desarrollo de organización por la demanda de los consumidores y la competencia entre festivales. El tema centrado de distintos festivales varía, y es lo mismo lo que los hace sobresalir de lo genérico y robar el interés del público. Algunos festivales se centran en un género musical como tópico, otros demuestran su originalidad por el sitio en donde se establecen (puede ser un lugar natural como una cueva o zona acuática, también alguna zona arqueológica, etc), otros de manera visual en la producción, enfocándose en el arte.

Un segundo artículo nos aporta una gran cantidad de valores numéricos en relación a México con la industria. Según un reporte de PwC, en el 2016 la industria musical en México tenía un valor de 386 mdd y para el 2020 tendrá 448 mdd. El dato más interesante del artículo dicta que el festival Pa´l Norte, realizado en Monterrey, fue el más taquillero del mundo con 4 mdd generados. Ocesa, el casi monopolio mexicano de la industria del entretenimiento, es la tercera empresa que vende más boletos a nivel global.

Otro artículo de internet se enfoca en hablar sobre el marketing de eventos y la importancia de la experiencia multisensorial, titulándose de la misma manera. La industria de entretenimiento, enfocada en la producción de eventos, crece hacia el estudio de experiencias multisensoriales, aumentando también el compromiso marca-consumidor. Siendo hoy en día un aspecto tan demandado, y parte del proyecto de organización de festivales, el servicio y relación clientelar tiene que ofrecer una sensación y relación única por sí misma, refiriéndose a la creación de atención a clientes como parte del valor del producto. Obviamente viniendo de un procedimiento positivo clientelar.

El último artículo de internet que analicé, habla sobre la economía de las experiencias y las industrias de lo no tangible, hoy en día, en nuestra sociedad, existe la diferenciación y antítesis entre trabajo y tiempo libre que ha llevado a la segunda etapa de la industrialización, siendo el comercio de las experiencias como producto. Se crean varios conceptos para esta economía, estando la economía creativa, la economía simbólica (Allen), la economía del entretenimiento (Bauman), la economía de la experiencia (Pine & Gilmore). El tiempo (el cual se utiliza para entregar experiencias) se ha materializado a un producto económico, agregando los productos tangibles e intangibles como mercancía. Los festivales en específico se concentran en generar la marketización del segundo contenido, que son los productos intangibles (emociones, sentimientos, motivaciones, valores, percepciones).

A partir de esta información, se decidió hacer una búsqueda para poder nombrar y catalogar todos los festivales que se producen en México, por todo el país, con una búsqueda de Google y sin la ayuda de algún artículo en concreto. Se agregaron los festivales nacionales, hechos en México, los traídos internacionalmente y los creados para zonas geográficas específicas. Se pueden observar también catalogaciones como estilos de música específicos, situaciones geográficas para el planteamiento del festival como parte del concepto, grupos étnicos formados por el interés, el enfoque del arte, etc. Aquí están los nombres de los festivales, y señalados están los creados nacionalmente. EDC, Bahidorá- mexicano, Vaivén- mexicano, Nrmal- mexicano, Hellow festivalmexicano, Corona Capital- mexicano, Vive Latino- mexicano, Bestia Festival, Festival Aural, Trópico-mexicano, Pa´l Norte- mexicano, Ceremonia, Bravo Festivalmexicano, Coordenada, Cumbre Tajín, Maquinaria Fest- 2012, Time and Space, MTY City Fest, Hell & Heaven, BMP, Euro Jazz, Waco, Non Stop Ska, Indio Emergente, One music & arts festival.

La multiculturalidad como expresión

El autor de «Festivales afromusicales en Estados-nación multiculturales: análisis en paralelo de México y Colombia», Pazo Cardenas habla sobre la riqueza de la cultura. En un país tan culturalmente rico, como lo es México, la necesidad de expresión para la vinculación a un grupo social es esencial y más dentro del huracán globalizador que nos homogeniza en ciertas características, pero celebra y empuja a crear una propia identidad original, pero relacionándose y estableciendo vínculos con demás, quienes comparten mismos valores. Como producto de este enlace, se busca una acción funcional para generar un impacto y respuesta, dándole valor y (del mismo modo, ese grupo se relaciona con el resto de la sociedad) al grupo y a su movimiento. Los festivales de origen mexicano, especificando, diseñan un símbolo visual como expresión cultural a través de aspectos como vestimenta hasta la teatralización.

Un gran ejemplo de la vinculación social por parte del festival, es Bahidorá, con su establecimiento en Las Estacas, un lugar paradisíaco naturalmente, la conciencia ambiental sustentable y aceptación de la diversidad son factores atractivos que convirtieron al festival en un alcance popular.

La industria experiencial

En el artículo escrito por Goizalde Hernando Saratxaga y Galder Guenaga Garay, se menciona como la industria multisensorial enfoca la razón del interés del consumidor hacia un producto de consumo tan efímero. Las sociedades modernas empiezan a enfocarse en recolectar experiencias antes de lo material. Es el nuevo estilo de burguesía moderna. La economía de esa industria empieza a crear conceptos de producto aplicadas a productos no materiales para darles un valor económico, como lo son las experiencias y emociones que se venden.

En el servicio de los festivales como enfoque, aunque también en general en el marketing experiencial moderno, es crucial crear la creencia de una interacción casi personal con el consumidor y desarrollarla hasta casi una relación significativa. Esto complementa el producto intangible, siendo lo que te dan y lo que te llevas de la experiencia como uno. Es crucial para las marcas adiestrar a los consumidores para crear una dependencia hacia sus servicios y monopolizar el consumo del producto.

El consumidor, cambiando del concepto burgués de materialismo, prefiere proyectarse (valores y actitud) en el producto como si se le atribuyera a su ideología y persona moral. Sobresalta que no solamente somos la generación que desarrollo esta industria de festivales, sino que somos la primera cultura de la historia que utiliza sus mayores avances (tecnológicos) para crear el producto más efímero como producto directo. «…sociedad en la que el componente emocional ―los valores, las emociones y los sentimientos― adquiere mucha más relevancia que el componente racional y en la que predominan las experiencias como valor económico superior. (pág. 1136). Nos dicen los escritores Goizalde Hernando Saratxaga y Galder Guenaga Garay

El principal objetivo de las marcas y servicios es la venta de valores y actitudes con las cuales el individuo consumista se pueda proyectar.

La cultura del marketing moderna, y la absorción cultural moderna, son las primeras culturas-respuestas en la historia de la humanidad que emplea la más alta tecnología para fabricar el producto más efímero, pero, irónicamente, el más duradero como impacto en el cliente: la experiencia humana.

En el artículo se quiere destacar a las experiencias como una nueva fuente de valor, es el cuarto producto económico más importante que se cataloga como un servicio. El cuadro visual que se encuentra en la página 1137, describe la evolución económica. El producto económico comienza como materias primas, posteriormente bienes, servicios y experiencias como el cuarto producto, también llamados agrario, industrial, de servicios y de experiencias. Concentrándonos en el cuarto producto, las experiencias, tienen como función económica la teatralización, crear el carácter del producto como memorable, el atributo principal es personal, el método de abastecimiento son las reveladas sobre la marcha durante el acto, el vendedor es el teatralizador, el comprador es el huésped, los factores de la demanda son las sensaciones y la sensibilidad de la demanda es hacia la autenticidad. En otras palabras, los productos de experiencias se catalogan dentro de los servicios, se centran en la teatralización para crear la memorabilidad de la experiencia, la cualidad es la personalización que cada individuo le provee al producto, el vendedor es quien crea el teatro que observamos, al consumidor se le conoce como huésped. La demanda son las sensaciones y se busca la autenticidad de las sensaciones.

El objetivo del marketing experiencial es crear una interacción personal entre marca o empresa con el cliente. Se quiere generar una experiencia que se recuerde por el deslumbre de maravilla. Las características del servicio son la personalización, la interactividad, la involucración y la co-creación de la marca-cliente. Se busca que el cliente sea protagonista activo (prosumidor).

El objetivo fundamental del marketing experiencial es la creación de experiencias holísticas en los clientes por medio de marcas/empresas que lleven asociadas percepciones sensoriales, afectivas y creativas y que les hablen de un estilo de vida. (pág. 1139).

El objetivo del llamado marketing experiencial es la creación de las experiencias holísticas. El holismo analiza los sucesos desde las múltiples interacciones que componen un todo, un sistema, que es conformado por varias lexías. Éstas deben de llevar percepciones sensoriales, una conexión afectiva y creatividad que ideologicen un estilo de vida o ideas creadas por marcas o empresas con las cuales el cliente se pueda identificar.

El marketing del que se habla identifica a los consumidores ya como animales racionales y emocionales, no simples peones en el juego del consumismo. De una manera les da lo que quieren crearles ideas de adiestramiento o comportamientos, en vez del anticuado método de crear la necesidad para el consumo material. Los clientes quieren ser atendidos, estimulados, emocionalmente afectados y creativamente provocados. Buscan y se quiere agregar un valor mayor al del simple consumo material.

El objetivo del marketing se volvió más como guía espiritual que como vendedores. Se busca cumplir sueños, deseos y aspiraciones. Integrar al consumismo como una parte vital de la actualización de vida. El consumismo se vuelve con fines espirituales, de autodescubrimiento, identidad y reconocimiento. Las reglas del marketing tienen un cambio completo. Se cambia la mentalidad del marketing para la personalización. Solía ser producto, precio plaza y promoción, cambiando a creer, confiar, colaborar, comunicar y atención entre personas. En la imagen de la página 1141, podemos observar los cuatro dominios de la experiencia: entretenimiento, edutainment, escapismo y esteticismo. En resumen, quienes viven una experiencia de entretenimiento buscan sentir, quienes participan en una experiencia educativa quieren aprender, quienes tienen una experiencia escapista, quieren hacer y quienes participan en una experiencia estética quieren estar ahí. Los canales están divididos en las acciones de los clientes: la absorción mental, participación pasiva, participación activa y la inmersión física. De esta manera se busca la combinación de creación de experiencia para crear la respuesta querida. Se evolucionó de la simple influencia para crear los canales de respuesta superiores para el control. Se puede meter una idea, crear una participación activa por parte del consumidor, participación pasiva que sólo busca números y movimientos de adentramiento a la idea. Del aspecto no solamente del creador de productos, sino ahora de los consumidores, se da una clara evidencia de la progresiva demanda del cliente por involucrarse activamente en la creación de sus propias experiencias, las que consume. Quiere crearlas para volverlas memorables a nivel personal y tener la sensación de dejar huella, ideología que está muy arraigada en la sociedad moderna.

La capital cultural y los designios sociales

En el artículo sobre los megaeventos de Roberto Pisonero, se resalta el valor exponencial de los productos no materiales que, unificados, componen lo que se llama la capital cultural. La capital cultural combina el concepto económico de capital por el producto y la cultura por la influencia en la ideología de las sociedades que tienen las experiencias o servicios que se comercializan. Se enfoca mayormente en los resultados culturales y sociales que estos implican. La creación de una identidad, la cual incluye cultura, valor social, imagen y creación de un arquetipo a nivel internacional, son objetivos que fluyen en una competencia intrametropolitana. Metropolitana porque es la división en la cual conviven un grupo específico de ideologías que se entremezclan o son una misma.

«Los eventos y festivales culturales se han convertido no solo en una estrategia de citymarketing…». (p. 1). Haciendo más hincapié al tema central, los festivales son parte de la estrategia de la ya mencionada competencia intraurbana para la creación del mercado de ciudad. La identidad y creación de ésta es un mercado perteneciente a la industria creativa e industria de la comunicación nacional. Los festivales como estrategia son utilizados, más que como una fuente de ingresos económicos, como indicadores a nivel cultural de la sociedad de ocio-consumo que conlleva a la mega-industria creativa consumista. Además, es otro indicador comparativo mundial de la urbanización hipermoderna (hipermoderna referenciando a Lipovetsky por el capitalismo artístico). Se ha creado, por la realización de la importancia cualitativa, la necesidad del estudio de los sistemas urbanos mundiales desde una perspectiva multidimensional (cultural, social) como fue declarado por la escuela de Frankfurt como crítica hacia los estudios marxistas (puramente económicos para la clasificación de sociedades). El ocio y el consumo no solo se han difundido, se han vuelto tendencias para estrategias de adiestramiento para la sociedad integrativa hacia el nuevo modelo capitalista, perteneciente a la globalización, la cual impulsa el arte, la estética e individualización «como lógicas de comercialización».

Las manifestaciones se han convertido en vehículos indispensables no solo para el desarrollo socioeconómico (estimular el crecimiento económico, diversificar el producto turístico, impulsar la cohesión social), sino para la propia organización y desarrollo de todo el concepto de lo urbano (trama o plano, infraestructuras y fortalecimiento de la imagen, por ejemplo) (p. 4)

En este artículo se recalca la importancia de estos nuevos movimientos culturales del sistema. «…pueden utilizarse como indicadores estadísticos para evaluar el archipiélago mundial de ciudades desde una perspectiva cultural contextualizada en la actual sociedad de ocio-consumo». (p. 1)

Estas lógicas de comercialización afectan hasta en un sentido geográfico por el impacto hacia las sociedades y su pertenencia emocional hacia los grupos o ciudades.

El importante proceso de urbanización (económica, infraestructural, social, cultural) es influido también por organizaciones y actividades como festivales. Se recalca el mismo punto sobre el desarrollo urbano dentro del sistema capitalista de la estética global. Es muy importante mencionar la diferenciación de las estéticas y tendencias que componen distintos grupos, la diferenciación urbana, todo para aumentar la identificación y personalización para que cada individuo sea atraído por distintas ramas hacia el sistema mayor, el cual es el capitalismo estético. «…actual competencia entre ciudades a escala global, que tratan no solo de crear una identidad que fomente su valor de marca, sino también distinguirse del resto en un contexto de homogeneización global». (p. 4). Esta competencia entre ciudades nace en otra escala como igualitario a los factores de diferenciación de los valores creativos de los individuos. En otras palabras, es la creación de estas estéticas y tendencias la que crean las ciudades en vez de las personas, todos, redundantemente, pertenecientes al capitalismo estético global. Se le llama era transestética al concepto denominado por Lipovetsky.

«Las ciudades de mayor influencia internacional compiten por ser anfitrionas de los Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales de diferentes deportes o Exposiciones Universales». (p. 5) Estos gigantes (en sentido de popularidad y cuantitativamente de espectadores) eventos globales son importantes para la ciudad anfitriona, porque proporcionan un mega impulso en la instauración de alguna lógica de comercialización para el sistema.

El artículo llamado «La resistencia como práctica que posibilita la subjetivación. Un acercamiento al concierto-ritual de música de resistencia» de Mariana Rebeca Ferrari Violante, se centra en el proceso personal e individual de la modelación de designios (dentro del cual se entiende los valores, éticas y perspectivas ideológicas) como resistencia contra las lógicas de comercialización con las que la sociedad es atacada. Se acepta esta perspectiva personal de resistencia, tanto como la lógica de comercialización por la globalización cultural para identificar a los festivales como movimientos de irrigación ideológicas en las subculturas. Los festivales son clasificados como las «tecnologías del yo». Definiendo la palabra tecnología como «Conjunto de conocimientos específicos de un determinado oficio o arte industrial». Este conjunto de conocimientos del oficio para el «yo» desarrollan la idea de crecimiento y educación de designios personales. Se comprende y explica el «poder» de la música como una mega-influencia directa (sentimos lo que la música siente) hacia nuestra perspectiva. La música, según Aristóteles, tiene semejanzas con el carácter del ser humano, refiérase a sentimientos o estados de ánimo contagiosos. Por ende, somos compatibles, sensibles y empáticos con la música, casi a un nivel de personalización de la música.

De igual manera, identifica al concierto como una especie de ritual en varios sentidos.
En específico como una acción física que representa contenidos, valores, cosmovisiones, realidades, perspectivas que influencian al grupo sujeto al ritual y los socializa, creando una comunidad. «… y, al igual que cualquier otro ritual, en el concierto hay momentos catárticos que pueden culminar en la comprensión de uno mismo y en la posterior subjetivación». (p. 146)

Igual que en la acción del ritual, llegan momentos catárticos que culminan en comprender designios (ya sean propios o influenciados por el mismo ritual) que posteriormente se subjetivan. Por supuesto, estos momentos catárticos pueden ser confundidos con el éxtasis y mayoritariamente ése es el propósito de lo que se pretende en los festivales modernos.

El artículo confirma consecutivamente la necesidad de prácticas como los festivales. Son acciones positivas que fomentan la capacidad creativa, creadora y transformadora de la sociedad, de la cultura y hasta en un nivel personal. Los festivales son una práctica simbólica, apunta que no es necesariamente religiosa, que es opuesta a las acciones técnicas de la sociedad y del sistema que se realizan diariamente, por eso mismo la multitud puede llegar a experimentar experiencias, vaya la redundancia, espirituales de nivel mayor al de la cotidianidad y sueltan los prejuicios formados socialmente.

Esta acción está susceptible a ser interpretada o decodificada. Divide los elementos de interpretación en dos: los signos externos o visibles que hacen alusión a los significados internos, los cuales son los segundos elementos. Los llama una forma saturada de contenidos.

El concierto, gracias a la naturaleza multisensorial que comparte con el ritual, constituye una experiencia liberadora del cuerpo, pues los asistentes desafían el temor de estar en contacto unos con otros, se exhiben con amplitud y dejan de lado la vigilancia moral pública, la contención de las pasiones, la asepsia del cuerpo y las costumbres (Fignoni, 2013). (p. 155)

Los conciertos y festivales son ceremonias rituales donde cada acto es construido bajo reglas socialmente acordadas. Estos actos buscan reafirmar identidades. Retoma el tema de la música, denominándola «la más espiritual de las artes». La música crea una dimensión que libera al cuerpo. La acumulación de emociones creadas en estas prácticas simbólicas, que son provocadas por lo que escuchamos y vemos, detona una catarsis que transforma el carácter y las relaciones sociales. El concierto comparte semejanzas con el ritual por la naturaleza multisensorial que crea una experiencia liberadora que deja de lado la vigilancia moral pública, contención de pasiones, la purificación del cuerpo y las costumbres del diario. El texto repite y realza la capacidad de los rituales tanto como los conciertos de integrar a la sociedad por compartir valores o principios que sirven como elementos aglutinadores.

Gracias al disfrute multisensorial de estas acciones, los asistentes pueden conocer algo más sobre sí mismos. «Concluimos que la resistencia puede ser una práctica ética cuando hay una reflexión previa a su realización». (p. 163)

Los conciertos han sido comparados y relacionados con los rituales por su práctica ética, pero ésta depende de una reflexión previa a la realización del ritual, la cual critica que hoy en día no se da mucho ni es el propósito de estas acciones. Solo se busca la venta de experiencias como producto y el desahogo irreflexivo de las sociedades.

El sistema de consumismo como autor de las identidades

El autor Deibys Carrasquilla Baza, en el artículo «Representaciones e identidades en el caribe colombiano: el rescate de las tradiciones en los festivales musicales» continúa el alcance de esta investigación sobre los festivales y su influencia. Menciona, como muchos otros, la relación entre música e identidad, la dinámica de la música en el proceso de rescate de tradiciones y finalmente cómo se crean estrategias de participación en la lucha por el significado, refiriéndose a las tradiciones, música e identidad que contemplan un espacio y una sociedad. Hasta ahora, las investigaciones que son plasmadas en este Estado del Arte, contienen contribuciones de carácter cualitativa con enfoque etnográfico, económico o social a nivel global.

El entendimiento de complejas y heterogéneas formas artísticas – culturales, que operan bajo desarrollos estéticos particulares y de una variedad de relaciones que surgen durante su producción y consumo, y que dejan ver la manera en que se encuentran articuladas con diversas temáticas y dimensiones de lo humano y del contexto en el cual están siendo producidas. (p. 57)

Esta fue su filosofía en la realización de la investigación. Es una gran frase para resumir ideas principales del Estado del Arte presente. Las diversas formas de expresión sociales que son desarrolladas bajo una ideología de ética particular para el fomento del consumo, cómo se integran a diversas temáticas ideológicas o del entorno que reflejan las dimensiones del humano. El autor sostiene como en un principio, la cualidad de la identidad era su translante literal de la identidad ideológica. Algo así como el uso directo y rígido de la teoría de la Aguja Hipodérmica, que señala la influencia directa, homogénea y aislada que rige una sociedad necesitada de información.

En ese sentido, el enfoque construccionista ha sugerido que lo idéntico o la identidad, son construcciones sociales producidas históricamente a partir de representaciones o procesos de producción de sentido. Así mismo, se ha establecido que son múltiples, situacionales, históricamente construidas y se producen a través de la diferencia. (p. 57)

La construcción de identidades que se encuentra detrás del sentido de la creación de festivales como regidores, reiteradores de una ideología que se convierte al consumismo que hoy en día ha evolucionado a la economía experiencial, son construcciones sociales producidas a través de la historia de la sociedad que generan el sentido común. A través de la diferenciación dentro de las identidades de una sociedad, se construye un estado de variación donde todas las personalidades se pueden identificar y se mantienen dentro del status quo dictado por el aparato sistemático. Ante la crisis del escenario político, la cultura se volvió el principal factor para la creación de pautas consumistas. Siendo éste, directamente la relación de la creación de géneros para crear las pautas psicológicas, físicas, de comportamiento, igualmente que las aspiraciones personales y sociales. La música es utilizada como un factor para la creación de estas personalidades, siendo un producto de la marcación y señalamientos de la construcción de estigmas y estereotipos y alternativas de pensamiento crítico.

El correspondiente régimen representacional opera sobre los grupos étnicos sobre áreas como la danza, música, lenguas y formas de conocimiento. «El rescate de tradiciones, implicó un proceso de movilización social desde y por la cultura». (pág. 61) Esto fomenta, a través de la retoma de conceptos históricos culturales de un grupo étnico, la irrigación de nuevos valores creados por el sistema para mantener el orden requerido, principalmente el consumismo para mantener al sistema en constante movimiento.

El festival, entonces, se convirtió en el escenario perfecto para reactivar la práctica musical que generó una serie de cambios sobre lo que se debe de hacer a nivel cultural. Por ende, afectó así al sentido de los aspectos culturales que cargaban formas históricas de la cultura para su representación. Esto conllevo aún más lejos a los discursos que presentaban ideologías para imponer, a través de distintos niveles y estrategias para la práctica representacional. En su mayor parte, estos discursos se producen en los festivales, aunque giran en torno a toda temática cultural. Sobre las narrativas que contribuyen a la construcción de identificaciones, se dividen dos facetas:

La creación de un amplio contexto de producción y difusión para el impacto social y la segunda son las piezas musicales creando el contexto de la expresión y de sus valores estéticos.

Estas piezas musicales adoctrinan aspectos o conceptos que tienen que ser generados y ejemplificados para el entendimiento. Los principales que constituyen a una sociedad son: la cultura extinta como mantenimiento de contacto con las raíces de la primera cultura, el medio ambiente para indicar su comportamiento con el alrededor, personajes tanto para indicar el comportamiento social, como la representación de valores en personajes históricos o leyendas; aspectos étnico-culturales para indicar el comportamiento y aceptación entre culturas mezcladas por la colonización, y como último, delimitar y señalar los conceptos de paz y violencia. La importancia de las prácticas musicales reside en la constitución de las formas de representación de identidad, logrando producir discursos que no sólo señalan y reiteran los valores que deben de constituir en esa sociedad, sino también, y sobre todo en sociedades previamente colonizadas o influenciadas hoy en día por sistemas foráneos más poderosos, sellan la ruptura de la cultura generada por esta dinámica comercial de sistemas foráneos poderosos e incursa estos elementos extranjeros para la mejor aceptación dentro de la sociedad. «…resaltando su participación en la política desde lo cultural, la manera en que se articula a las batallas sociales por el significado y la variedad de estrategias y recursos para lograrlo». (pág. 66)

La política como fuerza del poder para articular el sistema económica, participa en la influencia a través del concepto de cultura, que es la unificación de las masas por divisiones geográficas que aportan todos los conceptos culturales. Las distintas estrategias y recursos, que son utilizados para lograr vencer en las luchas sociales para imponer conceptos, varían a través de los sistemas y épocas. Hemos llegado al grado de la industrialización de experiencias que conllevó a la creación de festivales como acciones culturales. Los festivales, como enfoque de este trabajo, conllevaron al entendimiento de un sistema que se irriga a nivel global.

MARCO TEÓRICO

Enlazo la filosofía teórica del pensador Nietzsche sobre la estética y sus expresiones con el tema investigado, siendo sobre festivales y la industria multisensorial que se ha vuelto tan popular en el mundo moderno. Secundo la importancia de tales eventos bajo el pensamiento que elimina la superficialidad de éstos y ofrece una nueva visión sobre el razonamiento que engendra de creación y construcción de conceptos estimulantes de conciencia en su máxima expresión.

Datos del autor

Friedrich Wilhelm Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken y murió en 1900. Hijo de un pastor luterano y nieto de un clérigo, se quedó huérfano de padre a corta edad y a cargo de las mujeres de su familia. Le fue dado una beca para estudiar en Schulpforta. Fue fuertemente influenciado por Arthur Schopenhauer, Richard Wagner, Kant, las teorías de Charles Darwin.

Conceptos teóricos

Empezamos con el concepto de Nietzsche de «justificación artística», que refiere a la capacidad que tiene el arte para llenar los actos humanos de significado y poder afirmativo, ratificador de fuerza y capacidad.

Ésta tiene una división de dos ramas que engloban el concepto de «arte» en un sentido de valor crítico. Se divide en Apollonian y Dionysian. El primero envuelve a la ilusión, belleza y orden. El segundo música, sensualidad y éxtasis. Nietzsche afirma (1999) «Aquí se hace necesario elevarnos, con ímpetu y resolución, a una metafísica del arte, repitiendo el principio ya enunciado de que sólo como un fenómeno estético aparecen justificados la existencia y el mundo…». (p.499) Se entiende aquí la importancia del arte y su expresión, mayor al sólo razonamiento que lo dicta como placer superficial. Aquí converge esta teoría filosófica detrás del razonamiento de la investigación sobre los festivales y su impacto social. «Nada puede ser más cierto que esto: el poeta es sólo totalmente poeta cuando se ve rodeado por figuras que viven y actúan ante él y a cuya esencia más íntima echa una mirada. Debido a una debilidad propia de la inteligencia moderna, estamos inclinados a representarnos el fenómeno estético primordial demasiado complicado y abstracto. La metáfora no es para el verdadero poeta una figura retórica, sino una imagen vicaria que se le hace presente realmente en el lugar de un concepto». (p. 487) Hay una extensa importancia de la variedad de atuendos, la práctica del baile, cantar, pintar, o alguna expresión artística en específico, todo para cambiar perspectivas construidas, o al menos darles la capacidad de moldearse a la capacidad de mayores manifestaciones y declaraciones conceptuales, para también aceptar y afirmar la diversidad, crear un cuadro defensivo y atacante contra la desesperación y falta de esperanza, también como crear un lazo sobre la conciencia hacia el medio ambiente. Define la estética como lo que la gente puede hacer, sentir, imaginar, volverse, también cómo la gente se relaciona entre sí y con el mundo a su alrededor.

El concepto moderno de lo estético se tornó en una vacilación entre la dialéctica y razonamiento sobre la liberación y la dominación. Anteriormente, la estética estaba descrita como la delimitación de espacios y tiempo, de los visible y no visible, el diálogo y ruido.

Describe a la política como lo que se ve y lo que se puede decir de eso (algo en específico), depende de quién tiene la habilidad de ver y el talento de hablar, sobre las propiedades del espacio y las posibilidades del tiempo. La política, entonces, es la creación del veredicto, del juicio, la perspectiva, que nace de una centralización de atención sobre un algo. La política es una estética moderna. La estética es vivida, multifacética y potencialmente un redentor discurso que media la relación de la gente con el espacio y sociedad. La estética es una superficialidad que esconde verdades profundas y realidades perdurables. Su estética ha influenciado los estudios sobre idioma, vida urbana, identidad y deseo y dio paso a la revolución de la estética en la industria moderna como un producto. La identificación de las condiciones bajo la estética creó un renuevo cultural, en vez de relacionarse con el juicio de superficialidad o cuestionarse la naturaleza del arte, belleza o juicio. Nietzsche mismo le otorgo gran importancia a los festivales porque decía que sus estéticas eran capaces de renovar los vínculos afectivos de la gente con la vida social. De acuerdo a éste, quienes experimentan alegría Dionysiana, se olvidan completamente del individual (ellos). Estas fuerzas tienen el poder de combatir contra el pesimismo mundial.

Nietzsche dice que solamente con el fenómeno estético se puede justificar la existencia y el mundo de manera eterna. Giró hacia este juicio estético porque dice que ninguna de las otras maneras tradicionales de justificar la existencia ha funcionado. Ni racionalidad formal, exigencias de la libertad de la voluntad, o un principio como parsimony, ni la eficiencia, ni la plenitud de ser.

Los festivales y las ideas de Nietzsche en la época actual Nietzsche se concentra sobre la estética y no la delimita a los juicios desinteresados que rodean el gusto o la superficie decorativa. Los espacios de festivales ofrecen posibilidades creativas en una suspensión temporal de relaciones sociales y la práctica juguetona (en sentido de dejar a un lado las restricciones construidas por la moral social) reta las geografías (refiriéndose a divisiones humanas) establecidas. A través del adornamiento, se da material y visibilidad del estado construido de las culturas, las cuales dependen de una infraestructura o mitos,
metáforas, leyendas. Se define a esto como multiculturalismo, un conjunto de prácticas institucionales que juegan con las nociones de equidad, justicia e imparcialidad. Las sensaciones, afectos, emociones y juicios de degustación (de actividades, morales, etc.) estructura las relaciones de la gente con el espacio y sociedad, efecto cual se utiliza para la construcción de valores que fortifican el sistema consumista, perspectivas construidas y moldeables para la capacidad de mayores manifestaciones y declaraciones conceptuales, para aceptar y afirmar la diversidad (que a su vez es una adoctrinamiento de una idea contra el sistema), crear conciencia hacia el medio ambiente.

«En el ditirambo dionisíaco, el hombre es estimulado hasta el grado supremo de sus capacidades simbólicas; algo nunca sentido se esfuerza por exteriorizarse, la destrucción del velo de Maya, el ser uno con el genio de la especie, incluso con el de la naturaleza. Ahora debe expresarse simbólicamente la esencia de la naturaleza. Un nuevo mundo de símbolos es necesario, todo el simbolismo corporal, no sólo el simbolismo de la boca, del rostro, de la palabra, sino de la totalidad de los gestos de la danza que mueven rítmicamente todos los miembros». (p. 475) Entonces, al aspecto de Nietzsche, los festivales no son un entretenimiento irrelevante, superfluo junto a la seriedad de la vida, y, al contrario, centra (a través de la estética) nuestros valores, creencias, deseos de una manera animada y capturada. Crea también, no sólo el simbolismo de ideologías, sino el estímulo para exteriorizar «algo nunca sentido» y la unión con el «genio» de la especie y de la naturaleza. Lo llama también la «esencia de la naturaleza».

«El arte dionisíaco suele ejercer, por tanto, dos clases de efectos sobre la facultad artística apolínea: la música provoca la intuición alegórica de la universalidad dionisíaca, la música deja aparecer la imagen alegórica en su significado más elevado». (p. 495) La música es el estímulo del que se habla para la exteriorización de un significado profundo y ese sentimiento de unidad con el alrededor, y lo llevo a su estado mayor de profundidad y alcance conceptual. Este sentimiento, una intuición, es convertida en una fuerza decisiva y contiene todas las expresiones de todos los estados del deseo. Estas fuerzas son materializadas en festivales a través de música, lírica, discursos, escenarios, arenas, pinturas, presentaciones y la participación de la audiencia. «Qué hace la música Disuelve una intuición en la voluntad. Contiene las formas generales de todos los estados de deseo; es de un extremo a otro simbolismo de los instintos, y como tal completamente comprensible para todos en sus formas más sencillas (medida, ritmo)». (p. 504) Encuentro que engloba la explicación de la influencia Dionysiana en unas simples palabras: » …la música expresa el alma de la acción». (p. 506)

Hallazgos principales

El panorama general de los festivales, de los eventos masivos a un nivel global, muestra como son parte de un comportamiento de inclusión de diversidad a una globalidad económica e ideología. Sirven para adiestrar los valores individuales o de grupos sociales hacia este sistema y poderse identificar en él. A un nivel social, los festivales son un evento de inclusión intragrupales de carácter estético y estimulante. En la economía pertenecen a una nueva industria en un gran auge y parten de una estrategia mercadotécnica moderna que comercializa las experiencias para su venta como producto, hoy en día teniendo un mayor valor para los consumidores que un objeto tangible.

Conclusiones

Mis objetivos fueron esencialmente la base para la creación de una investigación más vasta de la planeada, con la cual logré una mayor comprensión económica, social, estratégica y hasta en un alcance filosófico. En una próxima investigación, me interesaría concretizar las cualidades de los festivales que los integran dentro de un planisferio para especificar las cualidades y el impacto en distintos aspectos.

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