Jack the Ripper: la construcción de un mito. El papel de los medios en la glorificación de asesinos

Este es un trabajo de Ornella Praget realizado para la materia Taller de Investigación Documental de la Universidad Iberoamericana, campus Ciudad de México (3º Semestre, Mtro. Eduardo Portas, Otoño 2019)

Abstract

Se hizo un estudio de caso de los asesinatos cometidos a finales del siglo XIX por el infame Jack the Ripper. Se analizaron artículos de la época y películas contemporáneas para examinar qué efecto tienen los asesinos en serie en la sociedad a partir de la «Psicología de la televisión» de John Condry . Se descubrió que los medios masivos de comunicación son fundamentales en la mitificación de estos personajes y su mutación en objetos de consumo cultural.

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Introducción

Jack the Ripper fue el primer caso de asesino en serie que los medios reportaron extensivamente. Durante años, el tema controversial de sus asesinatos aterrorizó a los habitantes de Whitechapel. El misterio de su identidad provocó gran revuelo, desencadenando un mayor seguimiento de la historia popularizando y extendiendo el mito a toda Inglaterra y parte de Europa.

Hay que hacer un trabajo de síntesis de los hechos ocurridos entre 1888 y 1891 para poder explicar como el misterio detrás de Jack the Ripper suscitó una serie de teorías, debates y en general, interés público que ha sobrevivido hasta nuestros días. Los terribles asesinatos fueron una fuente de inspiración para más de una obra literaria. Se le atribuye el misterio de la identidad del asesino a la creación de este fenómeno cultural (Picker, 2013), pero también el rol que tuvo la prensa escrita de la época.

El caso de Jack the Ripper es considerado como “abierto” ya que justamente nunca se pudo encontrar al culpable de estos atroces crímenes. Esta es una de las razones primarias por las que Jack the Ripper se convirtió en un mito mundialmente conocido. Los contenidos mediáticos que se basan en estos hechos reales tratan, cada uno a su manera, de resolver el misterio. Ya sean libros, películas o series, la identidad de the Ripper es cambiante, pero permanece fascinante para las audiencias. Sin embargo, la razón de esta obsesión con este caso en particular es debido a la manera en la que la prensa de esa época manejo las historias (Picker, 2013).

Era una época de desigualdad económica, pobreza extrema, violencia recurrente y vicios. La gente estaba acostumbrada a vivir con estas cargas el día a día, pero los asesinatos cometidos resultaban, a pesar de todo esto, muy violentos. La prensa se aprovechó de esta matanza para denunciar el estado económico-social de Whitechapel y denunciar las incapacidades del departamento de policía para resolver el caso. Estos reportajes de crímenes tan violentos y llenos de odio, junto con una pizca de denuncia social resultaron en un aumento de las ventas de los periódicos. La gente consideraba estos asesinatos entretenidos, incluso mientras se desarrollaban.

La prensa amarillista alimentó el interés de la población hacia los desastres y masacres de una manera que nunca lo había hecho. Esto provocó una guerra entre tabloides para conseguir las mejores ventas. Desafortunadamente esto instigó un surgimiento de asesinos que veneraban a Jack the Ripper, y por consecuente aún más violencia.

 

Objetivos:

  1. Examinar el seguimiento de las historias de asesinos en masa o en serie en la actualidad a través del caso original: Jack the Ripper
    1. Rastrear su legado desde sus orígenes hasta el presente.
  2. Evaluar los riesgos de crear imitadores a partir de coberturas extensivas del asesino
    1. Analizar el surgimiento de Jack the Ripper dentro de la cultura pop.
  3. Escudriñar la diferencia de cobertura del asesino y de las victimas.

Preguntas

  1. ¿Debería haber un límite que los medios no deberían cruzar al cubrir una serie de asesinatos?
  2. ¿Por qué los asesinos en masa o en serie son tan comunes en la actualidad y de qué manera se pueden rastrear hasta el caso de Jack the Ripper?
  3. ¿ Cuál ha sido el legado, ya sea positivo o negativo de Jack the Ripper en la actualidad?
  4. ¿Hasta qué punto la cobertura de estas historias pueden alentar más asesinatos?
  5. ¿Por qué los medios tienen el afán de profundizar la historia en el asesino y no en las víctimas?

Justificación

Para poder entender la normalización de los asesinatos en serie, en masa e incluso los ataques terroristas en necesario analizar el primer caso que fue mediatizado. No sólo es importante tratar de entender esta afición por este tipo de contenidos, pero también rastrear cualquier tipo de efecto que podrían tener en la sociedad; tal vez no la mayoría, pero en su caso, llegar a conocer más sobre nuestro comportamiento, y que tan influenciable puede llegar a ser.

Marco teórico

John Condry nació en 1938 y falleció en 1993. Era un educador en la Universidad de Cornell y experto en la psicología de la televisión y sus impactos en niños. Al impartir clases se dio cuenta que sus alumnos cada vez le preguntaban más sobre los efectos que tendría la televisión sobre la sociedad. Al darse cuenta que ni él sabía la respuesta, se comprometió a encontrarla. En su investigación se percató que la poca información al respecto era incorrecta. Se basó mucho en los estudios de Gerbner y su Análisis de Cultivo al igual que su Teoría del Mundo Malo.

Estudia el concepto mismo de televisión, la audiencia, el contenido, los mecanismos psicológicos, los cognitivos y los persuasivos, la regulación de este medio y el futuro que podría tener. Él mismo hace la reflexión, sabiendo que la televisión y su contenido no sería el mismo al que tenemos ahora.

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El libro de Condry es muy relevante para entender este fenómeno de mitificación dentro de la cultura popular. Nos permite ver desde el punto de vista de la industria de la televisión cuáles son sus agendas para que las audiencias mantengan su nivel de consumo y lo aumenten. El personaje de Jack the Ripper, es uno de muchos que ha pasado a ser un ícono cultural por los simples esfuerzos de los medios masivos. No sólo era polémico en su época, la industria cultural decidió aprovechar de toda la conmoción creada por sus asesinatos para seguir vendiendo sus historias, incluso poco más de un siglo después.

Condry también nos habla de la influencia cognitiva que los medios masivos, como la televisión, pueden tener efectos en la sociedad. Llama estos efectos mecanismos psicológicos de influencia, en los cuales el individuo cambia sus comportamientos. Los más comunes serían la imitación, la inhibición, excitación e insensibilización. La televisión influencia nuestras actitudes, creencias y juicios. Con esta información, podemos relacionar los efectos de la televisión con los contenidos mediáticos que se han realizado con respecto este personaje.

El desarrollo social consiste en el estudio de todas las influencias que afectan el comportamiento de cada individuo para que pueda funcionar dentro de la sociedad. En este caso podemos relacionarlo con la manera en la que la violencia de asesinos reales es normalizada y utilizada como objeto de consumo, y sobretodo como esta normalización puede afectar el comportamiento de la sociedad y su nivel de empatía.

El mecanismo es las relaciones que realizamos automáticamente en nuestra mente con eventos reales.

La televisión es definida de tres maneras diferentes: aparato, industria, lo que se muestra dentro del aparato, es decir el contenido. El contenido que se muestra dentro del aparato es escogido por la industria de la televisión. Las historias de Jack the Ripper se vendieron porque los medios escogieron venderla para generar más dinero. Por mas de cien años, Jack the Ripper ha sido uno de los contenidos que la industria, no solo de la televisión, ha querido vender.

La industria de la transmisión es la que justamente se encarga de programar contenido que sabe que la gente va a querer consumir, dentro de un periodo limitado de tiempo. El furor de los asesinatos de Jack the Ripper se dio sobretodo entre 1888 y 1891, pero la industria ha podido mantener el interés por este asesino en particular, incluso más de 100 años después de sus asesinatos.

Los efectos indirectos son las consecuencias que hay detrás de ver la televisión en si. No solo se notan cambios dentro de los comportamientos de la gente al cambar actividades como leer o hacer ejercicio por la televisión. Nuestra forma de relacionarnos cambia por completo debido a nuestra dependencia a este medio masivo.

Las audiencias en este caso son internacionales. El misterio de los asesinatos de Jack the Ripper estremeció a gente de todo el mundo, de todas las edades, de diferentes niveles socio económicos, pero sobretodo, de diferentes épocas.

La perspectiva de la industria es la programación que realizó no sólo en los artículos periodísticos que se publicaron por todo el mundo, contemporáneos a los ataques. Pero también las películas, series, juegos de video, de mesa, y objetos de consumo que se venden hoy en día.

El ambiente con el caso de Jack the Ripper fue sobretodo que los periódicos dictaban a grandes rasgos la opinión pública. Invitaban a sus lectores a mandar sus teorías sobre el asesino, pedían ayuda para poder encontrarlo. De repente toda Inglaterra estaba consumida por este enigma que parecía (y lo fue) imposible de resolver.

En el caso de las películas, la realidad de los asesinatos parece ser bastante apegada a lo que realmente pasó, sin embargo, las teorías utilizadas para explicar la identidad del asesino y sus motivos siempre son dramatizadas, sobretodo por el hecho que en realidad nunca se determinaron ninguna de estas preocupaciones. Es decir que las distorsiones recurrentes de los acontecimientos reales van a ser una parte importante para la construcción de contenidos basados en Jack the Ripper.

El análisis de contenido es justamente lo que se va a realizar para poder estudiar más a detalle la fascinación e impactos que tuvo la historia de Jack the Ripper.

Estado del Arte

La acumulación de imitadores sugiere que la cultura popular juega un papel importante en algunas instancias y aspectos del comportamiento criminal. Sin embargo, hay una escasez de estudios que examinan específicamente el efecto de los imitadores con respecto a este tipo de comportamiento. Helfgott intenta comprender los mecanismos de los crímenes cubiertos por los medios y la relevancia del entendimiento de estos fenómenos que determinan la responsabilidad criminal en casos de locura.  Su investigación se centra en los estudios literarios y casos contemporáneos del crimen imitador y la relevancia de entender la influencia de los medios masivos.

Puede que los efectos de la violencia en los medios sean subestimados, pero hay que tomar en cuenta que estos efectos varían de individuo a individuo. Los contextos, sesgos, experiencias de cada quien son igual de importantes, o incluso aún más importantes que los contenidos mostrados en los medios, ya que estos contenidos podrían tener un rol menor en la psicosis de estas personas. Helfgott vincula este pensamiento con la teoría del Síndrome del Mundo Malo de Gerbner, como una relación de causa y efecto. La autora se concentra sobre todo en el crimen imitador o copycat, ya sea las causas que lo estimulan, los propósitos u objetivos y ejemplos conocidos.

Define el termino de copycat como “crimen inspirado por otro crimen que ha sido publicado en las noticias o representado de manera ficticia o artística en el que el ofensor incorpora aspectos de la ofensa original a un nuevo crimen”(Helfgott, 2015). Lo cual comprueba el hecho que cuando algún individuo realiza algún acto criminal es directamente influenciado por el contexto cultural. Sin embargo, esta influencia es igualmente dictada por las experiencias personales de cada quien.

Hay varios estudios que concluyeron que la violencia en la televisión conlleva a violencia en el mundo real. Helfgott menciona sobre todo el problemático caso de la influencia que generó la película Natural Born Killers . Esta película, desde que se estrenó ha sido objeto de inspiración para una larga lista de crímenes llegando, en muchos casos, hasta la muerte no sólo de las víctimas, pero de los victimarios igualmente.

«Varios asesinos en serie modernos han adoptado su horrible modus operandi vía creando ya sean titulares y cuerpos. Zodiac, Charles Manson, y el asesino BTK, son unos de los que han ascendido a niveles de fama como the Ripper, utilizando campañas de relaciones públicas similares” (Armijo, Guess, Jinzo, 2008, p.33).  Estos copycats, se hacen notar por tomar el mismo “apellido” que su antecesor, aunque nunca llegaron a tener el mismo nivel de fama que Jack.

Peter Sutcliffe o The Yorkshire Ripper, fue condenado a 20 años por asesinar 13 mujeres en siglo XX. Al igual que Jack, Sutcliffe frecuentaba prostitutas y mandaba cartas anónimas a la policía. The Blackout Ripper atacó por primera vez en 1941, pero no fue hasta 1942 que fue arrestado. Se le atribuyeron finalmente 7 asesinatos, en los que todas víctimas fueron mujeres. El caso más reciente fue el de Derek Brown, un hombre de 47 años, padre de 7 hijos, fue condenado a 30 años por el asesinato de dos mujeres en 2008. A pesar de nunca haber encontrado los cuerpos (Clark, Dove, Laurie, 2009), la policía encontró una sere de evidencias que lo inculpaban sin duda alguna. Lo más interesante de este caso, fue que se realizó exactamente 120 años después de los asesinatos originales de the Ripper, e igualmente en la misma locación: Whitechapel.

Para poder entender realmente porque hasta el día de hoy Jack the Ripper es un personaje tan emblemático y recurrente en la cultura popular es necesario regresar a 1888 para poder estudiar cómo se fueron desarrollando los eventos y como la prensa y la sociedad los observaron.

Fisher se enfoca en la manera en la que los asesinatos de Jack the Ripper fueron cubiertos por la prensa, y como esta forma de sensacionalismo periodístico influyó en los medios del día de hoy. Los periódicos de finales del siglo XIX no sólo lograron crear la forma mítica de Jack the Ripper si no que amplificaron el medio y el terror de los asesinatos a toda Inglaterra, Europa y el mundo. El caso de the Ripper fue tan enigmático a causa de la falta de evidencia, de testigos, de pruebas, de motivos y la incapacidad del departamento policiaco para atraparlo. Consecuentemente, mucho de lo que publicaban eran especulaciones y sensacionalismos.

El ángulo de la historia dependía mucho también de la clase social que leía el periódico. Algunos preferían tomar un enfoque que incitaba el pánico mientras otros adoptaban un tono más empático hacia las víctimas. Sin embargo, la mayoría decidió culpar a la policía y a la sociedad en general ya que el estado en el que Whitechapel se encontraba era “responsabilidad de todos” (Fisher, 2018). A pesar de una postura más empática con las víctimas, la prensa en general justificaba estos actos ya que “habían escogido ponerse en una posición vulnerable y eran parte del problema de crimen en Londres” (Fisher, 2018, p. 11).

La prensa describía caso por caso las víctimas y eran muy explícitos sobre los detalles de los asesinatos. Los periódicos se vendían como pan caliente ya que la sociedad estaba ansiosa por averiguar quién era el verdadero culpable, pero al mismo tiempo estaban horrorizados por la violencia “innecesaria” que Jack cometía. Cada día the Ripper causaba más furor, lo cual sólo incrementó con la publicación de las cartas que mandó para burlarse del sistema. Muchos están de acuerdo que Jack es lo que es hoy y fue en su tiempo, sólo gracias a la prensa: “Si la prensa no hubiera sacado el tema de Londres marginada, cuestionado la moralidad de las víctimas y acentuado los sangrientos detalles, es posible que Jack no sería parte de la cultura popular británica”, (Fisher, 2018, p.11).

La cobertura de los asesinatos mutiladores de Jack the Ripper tuvo sus altibajos ya que los periodistas de la era victoriana no estaban acostumbrados a reportar sobre matanzas y actos sexuales. Curtis examina la manera en la que los periódicos cubrieron sus matanzas, revelando en el camino los ámbitos sociales, políticos y ansiedades sexuales de la época. Su libro muestra como los medios, en este caso los periódicos, reforzaron las normas sociales y las convenciones, jugando con el miedo de sus lectores.

El sensacionalismo periodístico es una de las grandes razones por las cuales el caso de Jack the Ripper se convirtió en lo que es. Pero el éxito del periodismo sensacionalista dependía de “la habilidad del reportero para conmover al lector y leer toda la nota y después comprar la edición del día siguiente con la esperanza de descubrir más.” (Curtis, 2001, p.67). La historia tenía que enganchar al lector desde el título.

La información que reportaban era engañosa para que los lectores se picaran con la historia hasta el último momento, cuando revelaban la verdad. Los lectores eran entonces cautivados por este tipo de historias y compraban más ediciones, “algunos críticos predijeron que ese tipo de basura corrompería la juventud inglesa hacia una vida de hedonismo o crimen.” (Curtis, 2001).

Armijo, Guess y Jinzo estudian el caso de Jack the Ripper como si fuera una campaña publicitaria, revisando el papel de los medios para causar pánico en la población inglesa. Se enfoca sobre todo en la ideología personal del asesino, así como el efecto social que esta campaña de comunicación causó a través de los periódicos.

Los múltiples asesinatos que se llevaron a cabo durante 1888 hasta 1891 causaron furor no sólo por la brutalidad de ellos en sí, pero también por las cartas que Jack mandaba para burlarse de los policías y amenazar con más matanzas. El público “mordió el anzuelo” y se picaron en la historia, unos por indignación que la policía no resolviera los casos, otros por el estado económico de la sociedad, y otros por morbo. Este artículo se refiere al caso de Jack the Ripper como una campaña publicitaria para sí mismo. El artículo también nos muestra que varios asesinos en serie actuales se basan en los asesinatos de Jack adoptando su modus operandi, pero definitivamente su rol en los medios masivos como el cine y la televisión han sido su mayor éxito.

Aunque Jack the Ripper es considerado el “héroe” de la historia, el centro de atención, hay contenidos que prefirieron tomar el punto de vista de otros personajes cruciales.  Un par de libros y series de televisión hicieron un giro de 180º y narraron desde el punto de vista del inspector que intentó y falló en capturar a the Ripper. Aunque los asesinatos y su brutalidad sean el punto central de la historia, muchos autores afirman que estos hechos son más bien una consecuencia del estado económico-social de Inglaterra en la era Victoriana (Picker, 2013).

Justamente, entre muchas de las teorías rodeando a Jack y sus asesinatos, había gente que creía que the Ripper estaba tratando de mandar un mensaje, convertir sus víctimas en símbolos, o excusas, para mejorar la situación de Whitechapel ya que “su trabajo obtuvo una atención significativa para su causa”. (Armijo, Guess, Jinzo, 2008, p.31) “Sin embargo, todos estos asesinos marginados no reflejan el grosor de la sociedad contemporánea. Por lo tanto, concluimos que la huella de the Ripper en la pantalla chica fue su más grande impacto” (Armijo, Guess, Jinzo, 2008, p.33).

El personaje ficticio Sherlock Holmes fue conocido por el público unos meses antes de los infames asesinatos de Jack the Ripper. Hasta el día de hoy, estos dos personajes se han convertido en símbolos de la cultura popular. Ya sean ficticios o reales, los crímenes con los que se relacionan estos dos personajes son canónicos en las historias de misterio que vemos en los medios. (Burnip, 2017). Podemos ver como a finales del siglo XIX, Holmes y the Ripper se convierten en el centro de atención de los medios, ya sean de entretenimiento o sociales. Esta popularización fue un progreso continuo que ambos personajes conllevaron paralelamente.

Burnip nos explica que Arthur Conan Doyle estaba particularmente interesado en el caso de Jack the Ripper. Evidentemente una confrontación ficticia entre los dos personajes era de esperarse. Por un lado, the Ripper representaba todo lo que estaba mal con la sociedad inglesa del momento: muerte, brutalidad, tendencias violentas, pobreza, vicios; por el otro Holmes, un modelo de inspiración, que, a pesar de sus propias inhibiciones, era capaz de atenerse a las reglas sociales y actuar acorde a ellas.

En la película Murder by Decree protagonizada por Christopher Plummer, estrenada en 1979, muestran este encuentro épico entre asesino y detective. La película se basa en una de las teorías más populares, siendo que Jack the Ripper no era un simple asesino sediento de sangre. Sin spoilear la película, Holmes logra descifrar el caso. Sin embargo, no me enfoque tanto en la resolución ni los aspectos sangrientos de la película, más bien me fijé en las partes históricas, político-sociales que integraron en el filme.

La mayoría de los personajes se referían a las prostitutas, incluso a las víctimas, como “patéticas” y “despreciables”, reflejando la opinión popular que la sociedad compartía. Inclusive Holmes, símbolo de justicia y verdad, utilizaba esos términos para describirlas. En la película, una de las prostitutas que están cuestionando se queja que la prensa sólo habla de Jack, “como si [ellas] no importaran”. (Clark, 1979).

En un momento, cuando la policía se pregunta cómo puede haber tanta violencia y cómo puede ser tan feroz, Holmes dice: “Cuando la gente está asustada, busca a Dios, y cuando no recibe ayuda de él, busca al Diablo”. (Clark, 1979). Esta es una clara referencia de la condición en la que Whitechapel se encontraba. Sobre todo a finales del siglo XX,  Whitechapel era considerado como un barrio pobre, marginado, en comparación con el resto de Londres. No era raro ver gente muerta en la calle, ni que las condiciones de vida fueran tan degradantes.

Al salir estas historias de Sherlock Holmes, la gente tenía (alfabeta) una manera de escapar de esa realidad. Desafortunadamente “Holmes es ficticio, y por muy inteligente y astuto que fuera, no podía resolver los crímenes cometidos por the Ripper”. (Clark, 1979). De igual manera que no podía mejorar las condiciones de Whitechapel del siglo XIX.

Oficialmente se le acreditan 5 asesinatos concretos a Jack the Ripper, pero la suma real es imposible de conocer. Estos casos han sido examinados extensivamente, pero hay asesinatos contemporáneos a la época que comparten detalles morbosos que llamaron la atención de los medios. Esta docena de casos sin resolver son el centro de atención de Paul Begg, un autonombrado Ripperologist.

Adjudica el terror del público e incluso el posible surgimiento de nuevos asesinos en serie a los medios, prácticas médicas y los fallidos procedimientos policiacos. Begg revisa la correspondencia que Jack the Ripper presuntamente mandó a la policía y explica las diferentes teorías que se generaron a partir de esta. No sólo la sociedad desconfiaba de la capacidad policiaca para atraparlo, muchos dudaban de la legitimidad de las cartas. Muchos pensaban que eran parte de una broma pesada.

Begg también se fija en las similitudes y diferencias que hubo en los diferentes asesinatos. No todos tenían las mismas características o niveles de violencia, algunas eran mutiladas otras solo asesinadas. En algunos casos, parecía que Jack se desquitaba con la víctima por venganza personal. Begg es uno de los pocos historiadores que han retomado la historia de Jack the Ripper que ha dedicado un libro completo a las víctimas.

Gray critica fuertemente el fenómeno cultural que se generó a partir del personaje histórico de Jack the Ripper y el hábito que los historiadores han tomado de dejar de lado a las víctimas. El autor considera que el trabajo histórico que se ha realizado sobre los asesinatos y los intentos policiacos para resolverlos han sido muy superficiales. Y el misterio que surgió a partir de la clandestinidad del asesino ocasionó que la industria cultural se aprovechara para generar ganancias, glorificando, mitificando al perpetuador y sobre todo depreciando las vidas de las víctimas.

Gray acusa a los historiadores de novatos de incompetentes por no tomar en serio los asesinatos que Jack the Ripper cometió a finales del siglo XIX. Considera descarada la actitud de la industria cultural al monetizar la matanza y la figura mitificada de the Ripper, ignorando por completo las vidas de las mujeres que este mutiló, desmembró y por consecuente depreció. Menciona sobre todo los Ripper tours que “presentan una mirada muy parcial y explotable tanto de los asesinatos como de las asesinadas y del asesino” (Gray, 2018, p.2). Esto, desde su punto de vista, tiene consecuencias en la historia misma y cómo es comprendida.

A pesar de ser un asesino en serie, Jack the Ripper es presentado como el héroe de la historia, ya que logró conservar su identidad y evadir las fuerzas policiacas. Pero su astucia para burlar la ley no fue el único elemento constructor de su mitificación. El rol de los medios impresos fue esencial para crear todo un escándalo social que permanecería pertinente para entender la función de los medios masivos de nuestros días y la influencia que estos tienen en nuestra sociedad. Los asesinatos relatados fueron una sensación y se convirtió en la historia más importante de la época.

La cobertura de esta matanza fue un simple pretexto para que los periódicos pudieran aumentar sus ventas. Los periodistas instigaron a la población de Whitechapel y de toda Inglaterra a encontrar al asesino, y formar teorías sobre quién podría ser el hombre detrás de Jack the Ripper. Sin embargo, la finalidad de esta incitación no era realmente encontrar al culpable, si no formar un arquetipo de un asesino en serie. Este arquetipo sería retomado desde entonces. De hecho, todas estas teorías reflejaban los medios más populares de la sociedad contemporánea, muchos alegando una instabilidad mental “el asesino tuvo que haber sido alguien que manifestaba una personalidad dividida” (Gray, 2018, p.4).

Esta representación mítica del asesino se convierte en un símbolo para entender la sociedad del siglo XIX. Sin embargo, esto no resolvió el crimen, ni ayudó a capturar al verdadero perpetuador, sólo se formó una representación general “the Ripper era y continúa siendo: una penetrante representación de un mal antiguo suelto en un mundo tecnológico, progresivo.” (Gray, 2018, p.6). Esta era fundamentalmente la razón de fascinación del público.

Esta fascinación es alimentada vilmente por los medios masivos, que narran una historia más bien ficticia que histórica. Enfocándose más en el enigma de Jack, que las atrocidades que cometió.

Gray no es el único en imputar la industria cultural. Sin embargo, hay más gente que se entretiene con estos contenidos, que la que se queja y rehúsa a mantenerlos.

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Análisis de Resultados

Todos los artículos periodísticos, a la excepción de la carta de Jack y uno más, tomaron una perspectiva negativa en cuanto al asesino. Uno que otro lo describió como un ser fascinante y sus asesinatos como sujeto de excitación, pero en general los autores estaban horrorizados por estos crímenes. Todos los artículos mencionanaron los detalles morbosos de las victimas, algunos ofrecían una pequeña narración sobre el asesinato y pocos mencionaban la incapacidad de la policía de resolver el caso.

De los artículos revisados todos estaban publicados en inglés pero podemos observar que la noticia de los asesinatos de Jack the Ripper se expandía rápidamente a otros continentes. En todos los artículos, se referían a las prostitutas como “victimas” o “mujer”, solo en un par de casos se refirieron a ellas con sus propios nombres. Para Jack, los autores fueron más creativos con sus nombres, desde asesino hasta demonio, esto nos muestra que las noticias se enfocaban más en Jack que en sus víctimas. En los artículos revisados, los autores no se extendieron tanto en las teorías que asumían que estaban detrás de la identidad de the Ripper, pero sí las mencionaron. Un autor estaba convencido que Jack era la misma persona que asesinó a varias mujeres en Texas cinco años antes, mientras que otros pensaban que era imposible que estuviera trabajando solo, sobretodo después del doble asesinato que cometió el 30 de septiembre.

En cuanto a las películas, podemos observar que Murder by Decree y From Hell se inspiraron de la teoría en la que Jack pertenecía al grupo secreto de los masones y que sus asesinatos tenían un propósito más allá que el de matar prostitutas, básicamente the Ripper actuaba de acuerdo a su propia agenda. Mientras que A Study In Terror representaba la voluntad de un solo hombre.

Solo From Hell se enfocó realmente en la vida de las prostitutas, mientras que en A Study In Terror solo aparecieron un par de segundos cada una y sólo para las escenas en las que fueron asesinadas. En Murder by Decree si se habló un poco de sus vidas pero en realidad aparecieron muy poco. En las tres películas podemos ver que el tiempo que Jack the Ripper tiene en pantalla corresponde a menos del 10%. Esto logra que se conserve la tenebrosidad del personaje. En Murder by Decree y A Study in Terror, el detective que logró descifrar el misterio detrás de the Ripper es nada más y nada menos que Sherlock Holmes, mientras que From Helldramatiza y le añade un toque de fantasía al personaje de Abberline, el verdadero detective que estuvo a cargo del caso y que nunca pudo resolver.

Discusión

Desde los estudios de Condry, podemos observar que la historia detrás de Jack the Ripper es una mina de oro para la industria de la televisión y del entretenimiento. Los artículos periodísticos nos muestran que los autores y los periódicos en sí se enfocaban más en los detalles sangrientos de las victimas que en las victimas, porque la gente se interesaba más por leer la parte morbosa de la historia que cualquier otra cosa. Si se hablaba de la victima, justificaban su muerte con el hecho de que era prostituta y hacían un corto recorrido de su vida para explicar como llegó a esa situación.

Muy explícitamente a la gente no le importaba quien era la victima, si no el asesino, pero sobre todo la manera en la que llevaba a cabo sus actos violentos. Los periódicos vendían el misterio de la situación y en lugar de intentar realmente de informar a la gente, actualizaban las historias incluso si su información no era verdadera.

Podemos notar que hay una gran diferencia cuando los autores se refieren a la victima a cuando hablan de Jack. A las prostitutas las mencionaban un par de veces en sus artículos y hablaban de ellas muy impersonalmente, muy pocos utilizaban sus verdaderos nombres. Mientras que con Jack, le dedicaban párrafos enteros, se perdía toda objetividad e incluso lo llamaban intrigante, ingenioso, excitante a pesar de ser un asesino, demonio, sicario. La agenda verdadera de los periódicos fue de vender lo más posible. En la mayoría de los artículos no decían nada relevante que ayudara a resolver el crimen, más bien repetían la misma información morbosa para picar aún más a sus lectores, estaban vendiendo más entretenimiento que información.

Pero la industria del entretenimiento no se detuvo en el siglo XIX, el hecho que películas, series, tours guiados, videojuegos, canciones de Jack the Ripper se sigan produciendo y vendiendo en la actualidad es de lo que nos está hablando Condry con la industria de la transmisión. La industria sabe perfectamente que tipo de contenido la gente quiere consumir y de que manera lo quiere consumir. Como alguien que le gusta ver películas y documentales de asesinos entiendo perfectamente la curiosidad y el morbo por ver estas historias.

Pero la historia de Jack no se vende como una narración informativa o incluso preventiva. La historia de Jack se vende como novela prácticamente. El misterio detrás de su identidad es por si mismo llamativo, pero los medios se aprovecharon de este enigma para vender violencia y feminicidios como si fuera pan caliente. Estos artículos muestran verdaderamente cómo los periódicos aprovecharon una matanza para hacer más dinero, desvalorizando en el proceso las vidas de las victimas y glorificando a the Ripper.

En las películas contemporáneas, la historia de los asesinatos en Whitechapel dejaron de ser la historia exclusiva de Jack. Sí, la película gira entorno al peligro inminente que este conlleva pero las películas no se enfocan tanto en él como en el detective, aunque pueda ser ficticio, que intenta atraparlo. También muestran a las prostitutas que a pesar de la amenaza de poder ser asesinadas en cualquier momento, deben seguir luchando para sobrevivir. En las películas vemos como justamente la narrativa intenta preservar el misterio del personaje al representarlo como una sombra en la oscuridad y limitando su aparición en la pantalla. Se enfocan más en el impacto que tuvo en la sociedad y las consecuencias políticas y sociales que este causó. Este cambio es refrescante ya que no se enfoca en su persona en si, pero en el contexto en que se dio esta matanza.

Sin embargo, se podría considerar que la famosa encrucijada entre Jack the Ripper, un carnicero real, y Sherlock Holmes, el detective ficticio más famoso del mundo fue lo que logró su inclusión al mundo de la cultura popular. Este encuentro también pudo tener efectos indirectos o incluso mecanismos, como los llama Condry. El hecho que solo Sherlock Holmes fue capaz de resolver el crimen pudo haber detonado en la sociedad una sensación, o la angustia que realmente solo él era el único que podía luchar contra Jack. Uno de los artículos menciona muy explícitamente que la policía era inútil y que nunca iban a poder atrapar a the Ripper: De acuerdo con Condry, ver este tipo de mensaje en los medios masivos y verlo tan seguido pudo causar que la gente verdaderamente creyera que atrapar a Jack era imposible, cambió la manera en la que veían la realidad. Incluso en las películas podemos ver como representan a la policía como incompetentes comparados a Holmes. En From Hell el detective no es Sherlock pero Abberline está dotado de visiones que le ayudan a resolver sus crímenes. Como si solo con la ayuda de lo supernatural o fantástico se podría resolver los crímenes de the Ripper. Este es uno de los ejemplos de distorsiones recurrentes que la historia de Jack the Ripper causó.

Conclusión

Jack the Ripper fue el primer asesino en serie cuya historia fue vendida como objeto de consumo masivo. Este cambio dentro de la industria de la transmisión repercutió en el desarrollo social con los efectos indirectos que este desarrolló. Los autores y lectores se deslindan por completo de las victimas, son apáticos frente a sus muertes, incluso si se muestran enfurecidos por la violencia de estos. Los medios masivos y la industria del entretenimiento se enfocan más en Jack the Ripper que en la muerte de las prostitutas porque a la gente le interesa más resolver el misterio para alimentar su curiosidad que por una búsqueda de justicia.

Bibliografía

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Anexos

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