No disparen, soy periodista. Femicidio en el periodismo mexicano

Este es un trabajo de Mariana Lara realizado para la materia Cartografías de la Comunicación II de la Licenciatura en Comunicación de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. (Primavera 2022, Dr. Eduardo Portas)

Resumen

Este Estado del Arte habla sobre la violencia de género y la violencia a periodistas que se vive en el país. Se enfoca principalmente en cómo lo viven las mujeres periodistas, los riesgos que enfrentan al ejercer su profesión, al igual que los que enfrentan por ser mujeres y nacer en un país misógino, machista y feminicida. Se hablará acerca de feminicidios y asesinatos de las mujeres periodistas en México, buscando generar conciencia del problema.

Introducción

México es el país del planeta más peligroso para los periodistas al acumular 66 asesinatos en los últimos 5 años (Forbes, 2021). Las mujeres periodistas enfrentan una violencia doble, la primera por ejercer su profesión y la segunda por ser mujeres pues en México 11 mujeres al día son víctimas de feminicidios.

Este articulo tiene como propósito indagar en los casos de feminicidios de periodistas en México, analizando las condiciones de la violencia contra las mujeres periodistas, tomando en cuenta la situación de violencia que se vive en México, enfatizando en la falta de datos y necesidad de estos datos para poder hacer cambios en la sociedad y en la política, con el fin de garantizar la libertad de las mujeres periodistas y generar conciencia.

Los temas para este Estado del Arte fueron los hechos y datos de los asesinatos de periodistas en México al igual que su relación con los feminicidios y la impunidad de estos. Se realizaron las siguientes preguntas, ¿Cuántas mujeres periodistas han sido asesinadas en el último año? ¿Qué relación hay entre estas muertes y los feminicidios? ¿Cuántos han quedado impunes? Para encontrar las fuentes se utilizo principalmente Scielo para encontrar muchos documentos de distintas universidades como la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla o la Universidad Autónoma Metropolitana, al igual que de revistas como la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales o la Revista Panamericana de Comunicación.

La violencia de género en México ha ido creciendo radicalmente en los últimos años. Diversos estudios afirman que los casos de violencia contra las mujeres han ido a la alza. Mendoza (2021) afirma que

Las raíces de lo que se conoce como violencia de género, sus orígenes se encuentran en: la religión, la educación, la cultura y las leyes de las sociedades. Todas estas instituciones establecen el tol de la mujer como un objeto subyugado al hombre; antiguamente las mujeres no poseían derechos ya que no se consideraban ciudadanas, sino como una extensión más del hombre. (Mendoza, 2021, p. 11)

El control y dominación que tenían estas instituciones lleva a que la forma de vivir de las mujeres se preestablezca como una sin derechos, dependiente del hombre y violenta. Relata Mendoza (2021) que el grado de violencia contra la mujer se volvió tan grave que tuvieron que tipificar el delito. Se decreta a la violencia de género como “Todo acto de violencia sexista que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual, psíquico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”. (OMS en Mendoza, 2021)

La violencia de género sucede en distintos contextos y puede suceder en un entorno cercano a la víctima o lejano. Sin embargo, Cerva (2014) dice que la violencia de género debe ser analizada desde el contexto social en el que se presenta para clasificarla, ya que este se expresa en distintas modalidades y espacios públicos.

Mendoza (2021) afirma que la máxima expresión de la violencia de género es el feminicidio, el asesinato de una mujer por razones de odio y género.

La tipificación del feminicidio y la implementación de leyes no erradicaran la violencia de género. La violencia de género contra las mujeres ha alcanzado magnitudes increíblemente altas, con más de mil casos que se suman cada año, asegura Valles (2020). Esto ha llevado a que los casos de violencia de género tengan preferencia en las agendas mediáticas. “En los primeros meses de 2020, los medios llevaron a sus primeras planas cada vez con mayor insistencia la gravedad de los feminicidios”. (Valles, 2020, p. 292)

Violencia contra periodistas en México

Avilés (2007) asegura que la labor de los periodistas se ha visto dificultada por intereses de distintos grupos de poder pues ya no hay objetividad ni imparcialidad en el periodismo. Es necesario saber que desde hace ya varias décadas se han perpetrado actos de violencia contra las personas que buscan dar a conocer la verdad gracias a censuras y restricciones en su mayoría por parte de funcionarios públicos (Gavilán en Camacho & Casillas, 2021). Para entender de mejor manera esto Camacho & Casillas (2021) relatan que desde el inicio del periodismo en México este se a visto censurado de distintas maneras pues con la llegada de la imprenta, todos los impresos debían tener el permiso real para poder siquiera imprimirse, esto ha ido cambiando a lo largo del tiempo con los derechos sobre la libertad de expresión y con el surgimiento de opiniones objetivas más que personales.

Por otra parte, así con el aumento de periodismo se encuentra el aumento de violencia hacía los periodistas pues como mencionan los autores. “Desde finales del siglo XIX se  convirtió  en  una  práctica  frecuente  el  que periodistas  que  denunciaban y  criticaban  al  gobierno en turno, fueran encarcelados, secuestrados, torturados y asesinados de forma brutal”. (Camacho & Casillas, 2021, p.7)

A pesar de que estos crímenes suenan por todo el país rara vez se encuentra al culpable, incluso han existido casos en los que se fabrican culpables con el único objetivo de calmar la opinión pública. Además, de acuerdo con Moncada (2012) el fortalecimiento de la delincuencia y narcotráfico en el siglo XX las amenazas han aumentado pues la violencia de carteles para silenciar a un informante ya sea desapariciones, asesinatos, torturas y más han sido un claro mensaje sobre la línea que deben seguir sumando cientos de periodistas muertos al día en todo el país.

Mencionan González y Cepeda (2021):

Dentro de la amplitud de los estudios de periodismo en México, la precariedad laboral de los informadores ha sido un tema poco explorado. Si bien frecuentemente se hace alusión a él, son más bien escasos sus análisis específicos y, menos recurrente aún, su asociación con el panorama general de la violencia cotidiana que enfrentan los informadores en este país. (González y cepeda,2021, p. 21)

Esto se puede complementar con los bajos salarios y pocas prestaciones que reciben los informadores abriendo así una puerta a algo conocido como “chayote” siendo nada más que un dinero extra por parte del gobierno o un partido político que busca hacer propaganda a su favor comprometiendo su independencia laboral. A pesar de que las condiciones son poco favorables en todo el país, estas suelen ser aún peor fuera de las capitales o cabeceras municipales pues las transiciones políticas no han representado un cambio en la relación prensa-poder. Para agregar, el periodismo profesional a largo plazo es casi imposible con situaciones desventuradas sobre todo con temas potencialmente peligrosos causando así renuncias de periodistas y hasta abandono de la profesión. (Reyna en González y Cepeda, 2021).

Pese a que la precariedad laboral no se puede comparar con secuestros, torturas o asesinatos también son un factor que vulnera el quehacer periodístico. Durante 2021, 120 reporteros fueron víctimas de ataques mortales en México, lo que coloca al país como uno de los lugares más peligrosos del planeta para la prensa (CPJ en González y Cepeda, 2021). Lo anterior tiene varias facetas pues existe una diversidad de agresiones que se enfrentan constantemente como ataques físicos, también existe el acoso personal y digital, campañas de desprestigio e intervención de dispositivos electrónicos, entre otros. González y Cepeda (2021) afirman que gracias a la amplitud del abanico de violencia hay un creciente número de periodistas enfocados a otros temas como deportes y espectáculos víctimas de violencia.

Violencia contra mujeres periodistas en México

De Frutos (2021) asegura que:

La profesión periodística es una de las más peligrosas en el mundo, según prueban las alertas de agresiones a profesionales de la información de acuerdo con la UNESCO siendo una de las zonas más inseguras de América Latina y el Caribe, tanto por el número de ataques perpetrados como por la gravedad de los mismos. (ONU en De Frutos 2021 p.1).

Del mismo modo comparte que los homicidios contra mujeres por razones de género han aumentado de forma preocupante. Para entender la situación, tan solo en 2014, mil 678 mujeres fueron asesinadas en la región según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de CEPAL. (OIG & CEPAL en De Frutos 2021).

A causa de que la contabilización para estadísticas depende de la organización que haga el estudio se han generado lagunas en las investigaciones regionales que se han realizado sobre feminicidios. A pesar de que en los últimos 26 años 50 millones de mujeres se han incorporado a la población económicamente activa siguen existiendo brechas de género. Sumado a esto un informe de la FAO (De Frutos, 2021) mostró que la tasa de desempleo de las mujeres es de 9,1%, lo cual es 1,4 veces más que la de los hombres, con un sueldo menor en todos los segmentos ocupacionales. Aunque, en los últimos años muchas mujeres se han incorporado a medios públicos siguen ocupándose, en su mayoría, de temas denominados blandos o soft news reforzando estereotipos.

Rojas (2021) comenta que en México los periodistas se enfrentan a los mismos riesgos independientemente de su género por su labor de investigación, sin embargo, hay riesgos específicos que desafían a las mujeres. Esto se acredita a que la cultura apoya  o  justifica  las  prácticas  de  violencia  por  medio  de  las  tradiciones,  normas, creencias, etc. delimitando así sus espacios y funciones. Del mismo modo, las construcciones sociales de género fomentan un entorno de violencia y dominio por parte de los hombres quienes creen que el periodismo no es una profesión “apropiada” para las mujeres (Asamblea General de las Naciones Unidas en Rojas 2021). A pesar de que en 2015 el 43% de las personas que reportaban o presentaban noticias eran mujeres la mayoría se enfocaban “en temas de mujeres”.

Una de cada  dos  mujeres  periodistas  sufre  violencia  de  género  en  el trabajo; de  la información que presentaron las 400 mujeres periodistas encuestadas en 50 países las principales  agresiones  que  sufren  las  mujeres periodistas  son:  Abuso  verbal,  abuso psicológico, acoso sexual, abuso económico y violencia física, reconociendo que entre dichas agresiones el  48% tenían  vínculo  a  la  condición  de  género de  las  periodistas. (International Federation of Journalists en Rojas 2021 p.51)

La inseguridad en México es cada ve peor, el narcotráfico y su impacto han contribuido enormemente a este problema, asesinado y desapareciendo a millones de persona, entre ellas los  y las periodistas (Pérez-Alzando, 2021). Lydia Cacho, Carmen Aristegui y Anabel Hernández son mujeres periodistas que luchan en contra de la defensa. Todas ellas son mujeres periodistas que han sufrido de violencia. En el caso de Cacho “fue víctima de una golpiza y violación sexual por parte de un desconocido que presumiblemente la atacó como un acto de silenciamiento.” (Pérez-Alzando, 2021, p. 57).  Los medios están principalmente controlados por el gobierno y de no respetar las reglas e ir en su contra estos tratarán de silenciarte como puedan.

Vega (2018) explica que La Convención Inter–Americana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, dicho instrumento que es regional distingue que todas las formas de violencia contra las mujeres son una violación a sus derechos humanos. Gracias a instrumentos como estos se ha podido impulsar leyes y políticas en varios países como México, España, Brasil, Estados Unidos, India, Italia y Filipinas.

La teoría feminista ha ido desarrollándose desde una perspectiva que analice distintas formas de violencia contra la mujer por lo que se ha dividido en tipos y modalidades. Los tipos incluyen: Violencia Física, Violencia Psicológica, Violencia Sexual, Violencia Económica, Violencia Patrimonial y Violencia Feminicidio. Por otra parte, las modalidades y espacios en los que la violencia contra las mujeres es cometida incluye: Violencia Familiar, Violencia Laboral y Docente, Violencia Comunitaria y Violencia Institucional.

A la vez, Vega (2018) advierte que México es un foco rojo en violencia contra periodistas pues los crímenes contra periodistas son hechos para callar voces. De igual forma, Argentina, Colombia y México son los países que registran las mayores tasas de feminicidios de mujeres periodistas. (De Frutos en Vega 2018). Un estudio presenta las siguientes cifras preocupantes:

Los estados del país con los índices más altos de violencia contra mujeres periodistas, son la Ciudad de México (26%), Oaxaca (14%) y Veracruz (13%). 61% de víctimas son profesionales de entre 22 y 39 años de edad. Al momento de la agresión, la mayoría de ellas investigaban actos de corrupción y vínculos entre los gobiernos federal y locales con grupos criminales. (Vega, 2018)

De lo anterior, también se afirma que 60% de los agresores eran funcionarios públicos confirmando que la violencia de género es solo una forma usada por el Estado para negar la libertad de expresión. Para combatir esto varios colectivos de mujeres periodistas han impulsado leyes que han hecho que el gobierno mexicano adopte ciertas medidas, sin embargo, “el marco legal para la protección de periodistas y personas defensoras de derechos humanos es débil.” (Vega, 2018)

Si se habla de columnas políticas es muy extraño encontrar mujeres autoras de este tipo de textos. Valles (2022) toma los comentarios de Irma Fuentes, una periodista, que en los tiempos de López Portillo la dejaban ser libre de escribir pues cambiaba los nombres de los supuestos funcionarios y se trataba de un país que no era México. Un análisis realizado por Josefina Hernández Téllez nos muestra la siguiente información:

En tres diarios de la ciudad de México, Reforma, El Universal y La Jornada, sobre la presencia de firmas femeninas en el ámbito de la opinión, puso de manifiesto que en temas tan importantes como la reforma fiscal, de 106 textos ubicados en los diarios mencionados, sólo 6 correspondieron a mujeres y 100 a hombres. (Valles, 2022 p.144)

Gracias a esto podemos decir que a pesar de que la mujer periodista “conquistó” la información general a inicios del siglo XXI la expresión de las mismas es limitada así como los puestos directivos y de esta situación podemos decir que hay un empoderamiento sí, pero restringido.

Conclusiones

 Para la realización de este Estado del Arte me pareció importante abordar los temas de violencia género y violencia contra periodistas, ya que estos van de la mano y son prácticamente el conjunto que define a mi tema principal. Los autores en los que me basé para este trabajo están enfocados en analizar los hechos reales y lo relacionan mucho con la violencia actual que se vive en país y coinciden en que la violencia esta teniendo un alza impresionante, dicha violencia atenta contra la libertad de expresión. Definitivamente hay muchos artículos con opiniones y teorías acerca de este tema, sin embargo, me parece que hay una gran falta de información con los datos, ya que todos los datos que encontré son datos estimados.

Referencias citadas